domingo, 22 de mayo de 2022

Camino Portugués Santiago Por La Costa 4ª Etapa: De Esposende A Viana Do Castelo

 Nuestra 4ª Etapa del Camino Portugués a Santiago por la Costa comienza en las cercanías del Fuerte de São João Baptista de Esposende

Declarado Inmueble de Interés Público, fue levantado entre 1669 y 1702 para guarnecer la desembocadura del Río Cávado. Junto a él destaca la férrea y roja figura del Faro, de 15 m de altura de mediados del S. XIX.  

El camino nos lleva lejos de la costa. Enseguida llegamos a la localidad de Marinhas en donde destacamos La Iglesia de San Miguel de 1930, construida sobre otra medieval. Sobresale su torre campanario octogonal rematada por una bóveda.

En su exterior llama la atención una escultura del Arcángel San Miguel, y en su interior las vidrieras y los retablos de talla dorada.

Poco después pasamos delante de La Capilla de S. João do Monte de principios del S. XX. Está acompañada por un cruceiro y una fuente con tejado.

Caminando siempre en pos de las flechas amarillas nos vamos encontrando fuentes, almiñas, esculturas y otros símbolos sobre el camino y otros temas culturales.

Aproximándonos a Belinho divisamos la esbelta silueta de La Iglesia de San Pedro. Inaugurada a finales del S. XIX, sigue el canon de otras muchas del Norte de Portugal, con fachada blanca y molduras de granito con la torre rematando en cúpula bulbosa.

A pocos pasos nos espera La Capilla de San Amaro de arquitectura muy simple y un bonito atrio en donde descansar.

 Al rato el peregrino lleva sus pasos encajonados entre altos muros.

Antes de encontrarnos con un Santiago Peregrino realizado por Claudio Alves en un bloque de granito extraído en Galicia y que acompaña a La Capilla de N.ª Sr.ª dos Remedios, de inicios del S. XVIII, y a un esbelto cruceiro. 

Al poco nuestros pies se relajan pisando algo de tierra bajo la sombra de esbeltos árboles.  

Allí, en pleno bosque, una gran piedra nos indica la ruta a seguir. El espíritu se anima sabiendo que estamos en el camino correcto que nos acerca a nuestro lejano destino. 

Llega hasta nosotros el susurro del agua del Río Neiva, al que entrevemos entre la arboleda y que nos acompaña durante un buen trecho.

En la orilla opuesta descansan algunos molinos mientras el caminante disfruta del deslumbrante paisaje.

Y llega el momento de cruzar el río. Nos lo facilita El Puente do Sebastião de 40 m de largo, y 18 pilares de 1,50 metros de altura, construido en 1930 con piedras extraídas de los montes vecinos.

Lo acompañan una aceña blanca, y una pequeña pesquera de piedra, “O Enxenho de Moldes”,  usado para la pesca de diferentes especies de peces, entre ellos la lamprea. 

Estamos en Castelo do Neiva como se encargan de recordárnoslo varias señales en el camino.

En un plácido paraje nos recibe la blanca Capilla de N.ª Sr.ª de Lourdes y que recordamos de otra ruta que por aquí realizamos. 

Después de un repecho tomamos un respiro acompañando a Santiago Apóstol en el que es considerado el templo más antiguo a él consagrado, fuera del territorio español. Se trata de La Iglesia de Santiago de Castelo do Neiva consagrado en 862, poco tiempo después del descubrimiento de La Tumba del Apóstol, como lo prueba una inscripción descubierta en una pared del templo. 

Sigue su periplo el peregrino agradeciendo la sombra ofrecida por la vegetación del camino. 

Nos llamó la atención La Iglesia de San Romão de Neiva por su emplazamiento y majestuosidad. Antiguo Monasterio Benedictino con planta longitudinal de una sola nave y dos capillas laterales. Destaca su torre lateral de una campana. La disposición de la iglesia es manierista pero su fachada cuenta con una decoración plenamente barroca.

A su lado un estilizado cruceiro y a la izquierda, desde la cima de un monte, al que se puede acceder subiendo las innumerables escaleras que allí mismo se ven, nos vigila La Capilla da Señora do Crasto

En seguida llegamos a Chafé donde visitamos La Iglesia barroca de San Sebastián antes de adentrarnos en un bonito pasaje delimitado por altos muros de piedra que aún así nos permiten la visión de antiguos hórreos.

Al poco entramos en La Iglesia de Santiago de Anha de finales del S. XVIII. Una talla del Apóstol preside el frontón de la fachada. En el interior podemos sellar la credencial y dejar constancia de nuestro paso en un libro de registro. 

 Poco antes de pasar junto al Paço de Anha ejemplo de arquitectura civil del S. XVI.

Continuamos la ruta encontrando más muestras de arquitectura religiosa y popular. 

Hasta toparnos con este remero que nos anticipa la cercanía de nuestro objetivo: Viana do Castelo.

Primeramente tenemos que cruzar El Río Lima. Y lo hacemos a través del Puente Eiffel. Construido en 1.878 por La Casa Eiffel para sustituir un antiguo puente de madera, con casi 600 m de longitud es una auténtica obra de ingeniería en hierro.  

Desde su atalaya el peregrino contempla las dos orillas del Lima y lo que en ellas se eleva. Como El Puente y La Capilla de S. Lourenço y, allá en las alturas, la grandiosidad del Templo de Santa Lucía.

Y ya enfilamos por las bulliciosas calles de Viana do Castelo. Son testigo de ello El Museo del Chocolate,  La Iglesia de San Bento, La Iglesia Das Almas, primera Iglesia Matriz de Viana, de origen románica y La Capilla das Malheiras.

Y, evidentemente, La Sé Catedral, de la que ya os hemos hablado en otras ocasiones como por ejemplo en esta entrada del blog.

Todavía tuvimos tiempo para recorrer el casco histórico de Viana pues su vistosidad bien lo merece.  

Poniendo así el punto final a una etapa llena de muestras de la religiosidad de nuestro país vecino, de señales y referencias al Camino de Santiago, y de muchos otros elementos que dan vidilla y elevan el ánimo del peregrino.  

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