lunes, 2 de mayo de 2022

Camino Portugués Santiago Por La Costa 1ª Etapa: De Oporto A Perafita

 Y un buen día se nos dio por embarcarnos en realizar El Camino Portugués a Santiago Por La Costa, comenzando en la ciudad portuguesa de Oporto

Concretamente al pie de La Sé Catedral. Declarada Monumento Nacional su origen se remonta al S. XII. Construida inicialmente en estilo Románico, ha sufrido muchas reconstrucciones, por lo que presenta diferentes estilos, siendo en gran parte barroca

En La Plaza de La Catedral destaca un decorado “Pelourinho” a semejanza de las columnas utilizadas para ajusticiar a los criminales en otros tiempos.

Contempla todo el conjunto la figura ecuestre de Vimara Peres, mítico caballero que prefigura la autonomía de Portugal liberando la ciudad de los musulmanes.

Descendemos las escaleras allí presentes y nos topamos con un mirador sobre La Iglesia de San Lorenzo dos Grilos, que alberga El Museo de Arte Sacro y Arqueología de Oporto, y también sobre gran parte de la ciudad y El Río Duero.

Al que vamos buscando. Y lo encontramos deslizándose bajo el llamado Puente de D Luis I. Inaugurado a finales del S. XIX, este puente de hierro, diseñado por un discípulo de Eiffel,  es una de las imágenes más emblemáticas de Oporto. 

Continúa el peregrino por la zona más típica de Oporto conociendo La Fuente de São João, El Postigo do Carbão, único de las 18 puertas y postigos de Las Murallas Fernandinas, construidas en el S. XIV en torno a Oporto, que sobrevivió hasta nuestros días.

También La Iglesia de Nossa Senhora do O, La Iglesia de San Francisco, de origen románico, posteriormente transformada al estilo gótico y que más tarde adquirió decoración barroca, Y La Iglesia do Corpo Santo de Massarelos, dedicada a San Telmo. 

Caminamos sobre El Viaducto Do Cais das Pedras y una figura colosal se va perfilando en el horizonte: El Puente da Arrábida, símbolo la ciudad que, en el momento de su construcción en 1963, era el mayor puente de arco de hormigón armado del mundo.

A medida que caminamos nos vamos encontrando puentecillos, esculturas, y fuentes varias, al tiempo que vemos circulando algunos de los famosos “Carros eléctricos” de Oporto y atisbamos algunas de las aves que van a beber al Duero.  

Cuyas aguas por allí se deslizan poco antes de encontrarse con El Atlántico.

Al poco, dos elegantes obeliscos nos abren paso al “Jardim do Passeio Alegre” de finales del S. XIX.  Ladeado por una hilera de palmeras, cuenta con diversos elementos que hacen las delicias de todo el que por allí pasa. 

No muy lejos nos recibe El Fuerte de São João Baptista, fortificación abaluartada del S. XVI, de gran capacidad defensiva, construido para preservar la entrada fluvial a Oporto. 

Continúa el caminante teniendo El Atlántico como compañero, que va bañando la accidentada costa. 

Nos encantó pasar bajo la famosa Pérgola da Foz, de inicios del S. XX, auténtico balcón sobre La Playa do Molhe que permite observar todo lo que la rodea. 

Y conocer al  Salva-Vidas, escultura de Henrique Moreira inaugurada en 1937, como homenaje a los que enfrentan el mar para salvar vidas, en medio de una tempestad. 

Y al “Homem do Leme” u hombre del timón, del escultor Américo Gomes que, inaugurada en 1938, junto a la playa del mismo nombre, rinde homenaje a los pescadores.

A pocos metros se eleva la altiva figura de D. João VI a caballo, obra del escultor Salvador Barata Feyo en 1966. Se encuentra en una plaza conocida como “Rotonda do Castelo do Queijo”. 

Nombre por el que también es conocido El Fuerte de S. Francisco Xavier por el hecho de haber sido construido sobre una roca de granito redondeada con forma similar a la de un queso.

Construido en 1662 para proteger la ciudad contra los ataques de la flota española, se nos muestra rodeado por un foso y con las características garitas en las esquinas. En la actualidad, es sede de exposiciones temporales.  

No muy lejos se contornea en el aire la roja red de la “Anémona” colorida de Matosinhos.  

Todo ello sobre la arenosa Playa de Matosinhos en donde tan buenos momentos pasamos muchos veranos.

Y en donde una escultura a pie de mar rememora la Tragedia acaecida en 1947 tras el naufragio de numerosas embarcaciones debido a una tempestad, y que acabó con la vida de 152 marineros.  

Muy cerca se erige el “Padrão do Bom Jesus de Matosinhos” del S. XVIII formado por una cruz de granito resguardada por un pórtico abovedado, coronado por una linterna. Señala el lugar donde, según la tradición, apareció la imagen de O Senhor de Matosinhos.

Después de salvar El Río Leça sobre la plataforma de un Puente Móvil, el peregrino se topa con El Faro de Leça, o Faro da Boa Nova de 1926. Con una torre de 46 m es el segundo faro más grande del país.  Remata en una linterna circular con una barandilla de hierro pintada de rojo. 

Muy cerca avistamos A Capela da Boa Nova que ocupa el lugar de un antiguo Monasterio Franciscano.

Situada en un pequeño promontorio nos ofrece espectaculares vistas sobre el Atlántico. 

Que no se aleja de nuestro punto de mira en los últimos metros hasta el final de la jornada caminando sobre pasadizos de madera con suave sabor a sal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario