Continuamos la peregrinación a través del Camino Portugués a Santiago por La Costa con una 2ª Etapa eminentemente costera.
Iniciamos precisamente en
las cercanías de La Playa da Memoria cuyas cálidas arenas nos recibieron
cordialmente a primera hora de la mañana.
Muy cerca, integrado en
un área dunar protegida, se erige El
Obelisco de La Memoria. Realizado en granito señala el lugar en donde el 8 de
julio de 1832 desembarca Pedro IV con 75.000 hombres marcando el inicio del fin
del régimen absolutista en Portugal.
Continúa el caminante
sobre pasadizos que le llevan sobre la superficie de distintas playas siempre con
la presencia del Atlántico a su lado.
En La Playa de Angueiras
nos llamaron la atención unas cavidades rectangulares, y de distintas
profundidades, que en época romana se destinaban a tanques de salazón de
pescado y a la producción de conserva de pescado. Clasificadas Monumento
Nacional desde 1970.
Las encontraréis rodeadas
del típico empedrado portugués, de construcciones dedicadas a albergar
distintos materiales empleados para la pesca, de elementos relacionados con El
Camino a Santiago, y de la omnipresente arenosa costa.
Al poco, desde un
oportuno puente, vemos como las dulces aguas del Río Onda se acercan a
encontrarse con el océano.
Algún artista local dejó
por allí esparcida su artística obra para solaz de los peregrinos.
Nos acercamos a conocer
“Las Runas de San Paio”, Grabados Rupestres, y “Os Penedos Amoladoiros” muy
cerca del Marco Geodésico desde donde contemplamos ampliamente la inmensidad
salada.
No pasamos por alto La
Capilla de San Paio cuyo atrio, en donde se eleva un cruceiro, es una auténtica atalaya sobre El Atlántico.
Allí mismo observamos
alguna construcción perteneciente al Castro de San Paio único poblado marítimo
Proto-histórico conocido en el territorio portugués.
Poco a poco nos fuimos
acercando a La Reserva Ornitológica de Mindelo, zona de dunas protegida donde
nidifican varias especies de aves y también área única del litoral portugués
por la biodiversidad que alberga a nivel de flora, anfibios, reptiles y
mamíferos.
Y como quien no quiere la
cosa en la lejanía se va divisando la ciudad de Vila do Conde.
Nos paramos en La Iglesia
de San Sebastián, probablemente del S. XV con elementos del XVIII y XIX.
En el momento de cruzar
las aguas del Río Ave no podemos dejar de admirar El Monasterio de Santa Clara
del S. XIV pero con muchas reformas posteriores.
Paseamos por los afamados
jardines de la localidad, atisbando a lo lejos El Acueducto que sirvió para abastecer de agua al
Convento de Santa Clara.
Y ya estamos delante de
La Iglesia Matriz de Vila do Conde. Comenzó a ser construida en los últimos
años del S. XV. Es uno de sus monumentos más emblemáticos y también uno de los
más significativos del Estilo Manuelino, presentando elementos de la
arquitectura gótica y renacentista.
Presenta planta de cruz
latina con tres naves, transepto y cabecera salientes. Destacamos su pórtico,
fuertemente decorado, cuya autoría se atribuye a João de Castilho. También su
torre cuadrangular, erguida en 1573, siendo su autor João Lopes, O Velho.
Se encuentra en un
emplazamiento rodeado por otros elementos artísticos. Reseñamos “O Pelourinho”
de fuste retorcido del S. XVI.
Después de callejear un
poco arribamos por fin a Póvoa de Varzim. Nos reciben su Neoclásico Casino y la
imponente silueta del Fuerte de Nossa Senhora da Conceição del S. XVIII, de
trazado pentagonal y cuatro baluartes.
Antes de despedirnos,
todavía tuvimos tiempo de conversar con Las Pescadoras homenajeadas en La
Escultura realizada por Jaime Azinheira en 1.997 rodeadas por las bonitas
palabras del poeta Raúl Brandão.
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