domingo, 27 de febrero de 2022

De Afife A Caminha, Portugal, Por Ecovía

 En esta ocasión nos fuimos a recorrer la costa portuguesa desde Afife hasta Caminha

Iniciamos el paseo en La Estación de Tren de Afife en cuyas cercanías percibimos La Capilla de Nossa Senhora da Nazaré.

Nos adentramos por un verde sendero de variados elementos vegetales.

Y enseguida nos encontramos ante la fina arena de La Playa de Afife que no dudamos en pisar. 

Desde allí caminamos sobre pasadizos de madera que cruzan, sin dañar, las dunas sobre las que se asientan.

Y desde los que podíamos contemplar el espectáculo de las olas que a veces atisbábamos entre las rocas. 

De repente la pétrea figura del “Forte do Cão”, izado sobre las rocas del acantilado,  surge en la lejanía.

No dudamos en acercarnos y admirar este pequeña fortaleza defensiva construida por Don Pedro II en el S. XVII. Clasificado como Inmueble de Interés Público en 1967, presenta planta con forma de estrella con cuatro baluartes. 
Su emplazamiento constituye una bonita atalaya sobre la costa y, en la lejanía el senderista va percibiendo, entre la bruma, la silueta de Vila Praia de Âncora.

Nuevas pasarelas de madera conducen seguro al caminante preservando el ambiente.

El paisaje nos muestra ahora El Atlántico besando La Playa da Forte do Cão cada vez más cerca.

De Vila Praia de Âncora a la que entramos por un tramo común con El Camino Portugués a Santiago por La Costa. En un bonito paraje con las aguas del Río Áncora deslizándose suavemente hacia el mar.

Caminamos tranquilamente por El Paseo que bordea La Playa da Duna do Caldeirão, disfrutando del día y de los elementos decorativos del entorno.  

Nos detenemos en O Forte da Lagarteira del S. XVII construido durante el reinado de Don Pedro II, para defender la costa de los ataques de piratas. Fijaos en el escudo con las armas reales en su recia puerta.

Antes de proseguir de nuevo por el mismo trayecto que recorren los peregrinos de camino hacia Compostela. Seguimos teniendo el mar como constante compañero. 

Al poco arribamos al bucólico paraje en donde se encuentra La Capilla de San Isidoro.

En la orilla opuesta distinguimos la silueta inconfundible del Monte Tecla vigilando a los caminantes.  

 En el borde del camino alguien, con rocas de la costa, ha improvisado un rústico altar mariano.

Mientras, en medio de la inmensidad salada del océano, El Fuerte da Ínsua, continúa impertérrito a lo largo de los tiempos. Situado en un islote rocoso se remonta a La Guerra de la Restauración. Construido para reforzar la línea defensiva levantada para contener los ataques de La Armada Española, fue declarado Monumento Nacional en 1910. 

 Antiguos molinos de viento cercanos a La Playa de Moledo lo contemplan admirados.

Pocos metros antes de A Mata do Camarido, una amplia mancha forestal al borde del mar. Predomina el pino atlántico pero crecen otras especies como alcornoques y sobretodo laureles. 

En ella se ubica La Capilla de Nossa Senhora do Bom Sucesso, justo antes de La Foz do Miño en donde coloridas barcas reposaban de su labor.
Y ya solo nos resta dejarnos llevar por las calles de Caminha con sus capillas, fuentes, esculturas,… 

Y regocijarnos admirando de nuevo su casco viejo con La Torre del Reloj, Los Edificios del Concello, El Chafariz y otras maravillas de las ya que os hemos hablado anteriormente en Esta Entrada Del Blog.

Y que contribuyen a enriquecer esta ya de por sí preciosa ruta.