lunes, 28 de enero de 2019

Por La Costa Do Dexo Y Seixo Branco

Los Senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas estuvimos paseando por A Costa do Dexo, declarada Monumento Natural en el año 2000. 
Dimos el pistoletazo de salida a los pies de La Iglesia de Santa María de Dexo.
Es románica, del S. XII, con dos pares de columnas en la fachada sobre las que se asientan arquivoltas con decoración geométrica. 
De allí partimos en busca del Océano Atlántico al que encontramos lanzando sus azules aguas contra los acantilados de la zona. 
Nuestros pasos nos llevan por tranquilos senderos que nos permiten vislumbrar algunas  de las maravillas que tenemos en nuestra Galicia
La costa, abrupta y rocosa se ofrece sin límites ante nosotros. 
Incluso, desde distintos lugares, podemos avistar allá en la lontananza, La Torre de Hércules
Es un verdadero placer y una evasión para la mente el poder deslizarse tranquilamente por estos parajes acotados por la inmensidad azul del mar.   
Con el sólo sonido de las olas golpeando en la escarpada superficie del continente. 
Pasamos por El Puerto de Dexo. Ahora sin gran calado por lo que no tiene mucho movimiento.
En las inmediaciones todavía existe una vieja grúa que sería utilizada para la carga y descarga.
Nosotros la vimos de lejos y decidimos acercarnos a su precioso enclave
La vegetación es la propia de las zonas cercanas al mar y no interfiere el paso del caminante.
Que también tiene tiempo para setas y otros frutos del lugar. 
Aunque también nos encontramos algún que otro pinar.
Y árboles de hoja caduca cuando nos alejamos algo de los acantilados. 
Llaman la atención las “furnas”, o cavidades en la costa, formadas por la acción erosionante e incesante del mar. 
Por eso se forman tan cerca de donde rompen las olas con su estruendoso vaivén. 
Son tres, alguien las ha bautizado y reciben los nombres de “Furna Ollo Pequeno”, “Furna A Regocha” y “Furna Ollo Grande”.  
Para evitar accidentes de quien se acerque demasiado, actualmente se encuentran rodeadas de vallas de madera. 
En un momento de la ruta nos encontramos con unas antiguas baterías militares. 
Ahora están en estado ruinoso pero ponen una nota distinta en el camino.
Algo que no debéis perderos es la conocida como Punta do “Seixo Branco”
Allí podréis admirar una formación de cuarzo que recibe ese nombre y que parece una gran cascada blanca deslizándose hacia el océano. 
Desde allí, La Torre de Hércules está a tiro de piedra. 
 Y los senderistas se divierten como niños que juegan con los delfines. 

lunes, 21 de enero de 2019

Molinos Del Río Loira E Iglesia De Santo Tomé De Piñeiro

Esta semana conocimos al pequeño Río Loira que atesora en sus orillas un fantástico conjunto de antiguos molinos. 
Para ello nos dirigimos hasta la marinense localidad de Loira en donde comenzamos a caminar por entre sus floridas casas de piedra.
Allí mismo tomamos un primer contacto ruidoso y estruendoso con el río que allí cerca vierte sus aguas al Océano Atlántico
A partir de aquí será un continuo desfile de molinos con la más variada presencia lo que sucederá ante los ojos de los senderistas.
Los hay en estado más o menos ruinoso. Invadidos sus espacios por hiedras y matojos.
Pero que aún así nos dejan entrever la magia y el encanto de antaño. 
Y los hay que presentan un saludable y magnífico aspecto. 
Siempre emplazados en lugares que parece nos transportan a otras épocas. 
Y en donde el agua nos demuestra su energía y su poder, no en vano era quien hacía girar y girar las ruedas para la molienda.
Aunque a algunos tenemos que descubrirlos agazapados entre la flora del lugar.
Si os detenéis a observar, en las piedras de sus paredes podréis ver las marcas que sobre ellas dejaron los canteros. 
El caminante se deja llevar por la senda que va culebreando con el cauce del río, compañero ameno y cantarín. 
Que realmente sabe entretenernos salpicándonos con su gracia y salero.
Contribuyen a ello los pequeños saltos y rápidos de su lecho. 
 La arboleda, propia de ribera, nos ofrece una gran variedad de matices en sus troncos y ramas acompañados del suave chasquido del tapiz de seca hojarasca.
No desmerecen los pocos momentos alejados del líquido elemento. 
En la ruta nos encontramos también con lavaderos bien conservados.
No faltan las fuentes de fresca y cantarina agua.
Al Río Neivó, como se llama también el Loira, lo vamos a cruzar varias veces a lo largo del paseo. 
Para ello contamos con distintos medios. 
 Desde los clásicos puentes de piedra más o menos antiguos y fiables.
Hasta otros materiales, que nos hacen un avío, con tal de no mojarse los pies.   
Nuestra caminata nos lleva hasta La Iglesia de Santo Tomé de Piñeiro. De traza románica, se cree que formaba parte de un antiguo monasterio del S. XII
En su atrio, desde donde se obtienen bonitas vistas sobre la ría, se encuentra este cruceiro.
De vuelta hacia Loira divisamos a lo lejos la silueta de La Iglesia de Santa María do Campo, muestra del románico tardío. 
Pisamos la fina arena de la playa con forma de duna y recreamos la vista sobre la inmensidad azul del océano.