Esta vez, en una soleada, aunque fría mañana, nos acercamos hasta Soutomaior para
recorrer los casi 20 km
que separan esta localidad de Bora.
La ruta
tiene su punto de partida en la iglesia de Rial, en Soutomaior, una iglesia de
estilo barroco.
En su atrio nos llamó la atención un inmenso olivo que se
encuentra casi arrancado, apoyado sobre una gran columna de piedra y cuyas raíces
todavía hincadas en la tierra, continúan dotando de savia y vigor tanto a su
tronco y ramas como a numerosos nuevos “hijos” que de su tallo brotan.
De allí,
a través del barrio de Romariz, nos dirigimos hacia el puente medieval sobre el
Río Verdugo. Continuamos la senda paralela al río y después de un área
recreativa llegamos a La Comboa.
A partir de aquí el camino se complica y
empieza una continua ascensión, al principio entre huertos recién cultivados y
cercados de muros de piedra, para luego dar lugar al puro monte, a veces sin barreras a
los lados, pero en alguna ocasión nos vimos cercados por túneles de la vegetación
de la zona, entre la que destacaba la retama, en todo su amarillo esplendor...
No en vano mañana es el 1 de mayo y hay que estar preparado para desechar el “meigallo”
de nuestras casas, coches, garajes y demás por medio de una sencilla rama de
este arbusto colocada a la entrada...
Como ya dije es una pura ascensión, pero el
buen humor reinante entre los participantes en la caminata, hacía olvidar las penurias de
la subida.
LLegados a la ermita de Cristo Rey hicimos una
pequeña parada para reponer fuerzas y aprovechar para charlar con otros
caminantes y un grupo de ciclistas que estaban haciendo la misma ruta pero en
sentido inverso.
Y así fue transcurriendo la jornada hasta que
llegamos al polígono industrial de A Reigosa, a partir del cual ya comenzó un
ligero descenso.
Pasamos por el circuíto de Motocross, continuamos descendiendo
hasta el campo de fútbol de Bora y ya nos dirigimos a nuestro punto de llegada
que estaba en el mismo lugar en donde realizaríamos el almuerzo: “A de
Bernardino”, un local en donde ya terminamos alguna que otra caminata y en
donde siempre nos encontramos muy a gusto.