Pasando
por Valladolid, Castilla León, no podemos dejar de admirar la monumentalidad de La Fachada del
Convento de San Pablo.
Simón
de Colonia realizó esta impresionante fachada concluida hacia el 1500. La
iglesia es del tipo habitual en tiempos de Los Reyes Católicos, siguiendo el
estilo que se desarrolla en Castilla durante su reinado: El Gótico Isabelino. Presenta
una sola nave con capillas abiertas entre contrafuertes, coro alto a los pies y
crucero muy marcado en planta y alzado.
En la
fachada destacan El Rosetón Central y sobre la puerta un arco conopial de
perfil ondulado. Entre un gran arco carpanel dispuesto a manera de colosal
guardapolvo se halla un relieve con la escena de La Coronación de la Virgen.
Sobre este relieve observamos ángeles tenantes con escudos del Duque de Lerma.
La
parte superior fue decorada con esculturas góticas y diversos elementos
decorativos bajo el patrocinio del Duque de Lerma por eso las armas y
lápidas indicativas de los Sandoval y Rojas, Duques de Lerma, también están
representadas.
La fachada remata con un frontón triangular de decoración
renacentista. Sobre un fondo de escamas hay un escudo de Los Reyes Católicos,
que corona toda la portada.
Llamaron
nuestra atención una serie de pilastras rematadas con leones tenantes con
escudos del Duque de Lerma. Solían colocarse en las iglesias, enlazadas con
cadenas acotando el espacio eclesiástico para el derecho de asilo al que podía
acogerse un perseguido de la justicia cuando el templo estaba cerrado.
Contemplando
esta obra de arte, en La Plaza de San Pablo, encontramos a Felipe II, nacido en
la capital pucelana.
El 21
de mayo de 1527 en El Palacio de Pimentel, a solo unos pasos. Allí se exhibe un Zócalo de Azulejos obra del maestro talaverano J. Ruiz de la Luna en los que se
recrean escenas de la historia de Valladolid. Por ejemplo “Torneo en la Plaza
Mayor” representa unos juegos organizados para celebrar la primera visita del Rey Carlos I.
“Reales Sitios” representa el aspecto de la Plaza de San Pablo el día del Bautizo de
Felipe II. Relacionado con el titulado “Bautizo de Felipe II”. “Proclamación de
Don Felipe II como rey de Castilla” nos habla de ese momento del 28 de marzo de
1556. Y
“Presentación de Don Juan de Austria” nos muestra cuando Felipe II conoció a su
hermano de padre en 1559.
No nos
perdimos El Colegio de San Gregorio, hoy Museo Nacional de
Escultura, fundado, con Bula Papal en 1487, por el dominico Fray Alonso de
Burgos, obispo de Córdoba, Cuenca y Palencia y confesor de Los Reyes Católicos.
Declarado
Monumento Nacional en 1884, en su exterior sobresale una enigmática fachada, de
paramento liso y rematada con crestería.
Llaman
la atención las extrañas figuras de los “salvajes” cubiertos o no de pelo, de
las jambas y los contrafuertes, en contraposición con los personajes engalanados
con armaduras, lanzas y escudos, quizás representación de La Virtud.
Como
también lo hace el tímpano principal, profusamente decorado. Sobre la puerta
aparece San Gregorio recibiendo una ofrenda del fundador cuyo emblema, La Flor
de Lis, aparece por doquier.
Hay
muchas referencias a Los Reyes Católicos, como el granado, brotando del agua de
una fuente, seguramente, la de la eterna juventud, a cuyo alrededor revolotean
angelillos, típicos del Renacimiento, y coronado por su escudo, con el águila
de San Juan, sostenido por dos leones rampantes y, en las ramas, sus símbolos: el
haz y las flechas.
Asimismo
también hay referencias a la vagancia, la pereza y la ignorancia, que deben
vencerse a través del estudio y el esfuerzo. Una de ellas, el caracol, nosotros
pudimos encontrarlo. ¡Dicen que da suerte!
Ya en
el interior priorizamos El Patio Grande de planta cuadrada con dos pisos. El bajo
con esbeltos pilares, capiteles de medias bolas y flores de lis sustentando
arcos escarzanos.
Y el
superior con una galería muy decorada con pretiles calados de traza gótica y
arcos geminados cuajados de guirnaldas y hojas entre las que aparecen niños
jugando. No faltan los emblemas de Los Reyes Católicos.
Seguidamente
visitamos La Iglesia Penitencial de Las Angustias. Se comenzó a edificar en
1597 y se terminó en 1606. El arquitecto Juan de Nates proyecta una fachada
inspirada en La Catedral y en modelos italianos como Bramante.
En su
fachada destacan imágenes de San Pedro, San Pablo, La Piedad y La Anunciación.
Y en el interior, El Tabernáculo de La Capilla de la Virgen de las Angustias,
obra de Juan de Juni, un Cristo Yacente, y un conjunto de excelentes obras de
arte de los S. XVII y XVIII.
Muy
cerca La Iglesia de Santa María de La Antigua, construida en el S. XI y
restaurada en la primera mitad del S. XX, presenta una variedad de estilos. Conserva
una esbelta torre románica rematada con un chapitel apiramidado de teja, y el
pórtico norte, también románico. El resto del edificio es gótico y neogótico
del S. XIV.
Callejeando
nos encontramos nada más y nada menos que a Miguel de Cervantes, El Manco de
Lepanto, absorto, contemplando la magnífica Fachada de la Universidad de
Valladolid considerada una de las más significativas obras del barroco español.
Fue erigida
en el S. XVIII, según los planos del carmelita Fray Pedro de La Visitación, labrada
en piedra de Campaspero. Su conjunto escultórico, obra de La Familia Tomé,
representa La Sabiduría y distintas ciencias; también aparecen los reyes que han
tenido relación con la historia de la universidad.
Y henos
ya aquí delante de La Catedral de Nuestra Señora de La Asunción. Concebida en
el S. XVI como última obra de Felipe II, diseñada por Juan de
Herrera, y completada por otros arquitectos, es un edificio de estilo
herreriano con añadidos barrocos.
Es un
amplio edificio de tres naves y tres ábsides. El interior se articula mediante
enormes arcos de medio punto sobre fortísimos pilares cuadrados con
pilastras adosadas. Allí admiramos El Retablo de Juan de Juni, ubicado en La
Capilla Mayor que presenta todos los rasgos característicos del manierismo
propio de su autor.
Nos
dedicamos a callejear y así arribamos a La Plaza de La Fuente Dorada de forma
triangular. Era Enero y con el frío reinante nos cobijamos bajo sus acogedores
soportales que antiguamente tenían los nombres de los diferentes oficios allí
realizados: Espaderos, Mercaderes, Guarnicioneros, Aguadores,…
En ella hay una fuente que le da nombre,
aunque no es la original, sustituida repetidas veces. Actualmente vemos una
fuente con cuatro figuras en los frentes principales del pilar central,
alegorías de los principales oficios gremiales que desde el S. XIII tenían
su asiento en el entorno de la plazuela.
Alternando
con la representación de la estaciones, La Primavera y, siguiendo el movimiento
del sol, le siguen El Verano, El Otoño y El Invierno.
Y por fin llegamos a La Plaza Mayor. Cerrada y con soportales, ha
sido usada como mercado y como escenario de celebraciones populares a lo
largo de los tiempos.
En ella
destaca La Casa Consistorial de grandes dimensiones. Construida con piedra
granítica y ladrillo prensado, tiene planta rectangular, precedida de un balcón
en su fachada principal, con torres angulares, reloj y patio interior.
La
estatua del Conde Ansúrez es la otra gran protagonista de la Plaza Mayor. El fundador de la ciudad aparece sosteniendo el pendón del Reino de
Castilla y el documento de fundación de Valladolid, mientras que las caras
laterales del pedestal retratan escenas de su vida.
Por el
camino nos fuimos encontrando con personajes como El Eterno Viajero que nos
advierte que a su lado estamos frente al lugar en donde estuvo El Corral de
Comedias de Valladolid desde el S. XV hasta el XX, y las sirenas de La
Fuente de las Sirenas, que alegran el alma del caminante con su dulce cantar.
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