lunes, 27 de abril de 2020

De Paseo Por Amarante, Portugal

Hace algún tiempo nos dimos una vuelta por Amarante en Portugal
El día comenzó con unas gotas de lluvia que embellecían el paseo del Río Támega por el que comenzamos a caminar. 
En las aguas claras y tranquilas hechas espejos de la naturaleza todo se reflejaba. 
Destacando de La Iglesia de San Gonzalo y El Puente Medieval de acceso. 
Que nos introduce en un espacio en donde el tiempo se detiene para el visitante. 
Al atravesarlo nos recibe la majestuosa estructura de La Iglesia y Monasterio  de San Gonzalo mezcla de Estilo Barroco y Neoclásico.
La plaza en donde se encuentra es amplia y permite observarla en toda su amplitud. 
Hermosa su portada de tres pisos con columnillas estilo renacentista italiano, coronada por un frontón barroco. 
También encontraréis representados los reyes durante cuyos reinados se construyó
No dudéis en pasar a su interior en donde además de la tumba del santo fundador admiraréis su mobiliario barroco de madera dorada y un gran Órgano de Tubos de principios del S. XVII.
Y no dejéis atrás El Claustro del Monasterio
Después descendimos por estas escaleras y un estrecho pasaje.
Para acercamos hasta la misma orilla del Támega. Su superficie estaba en calma y sobre ella reposaban coloridas barcas. 
Y nos dejamos llevar por la paz y la quietud que allí se sentía. El puente se nos mostraba de nuevo en todo su esplendor.
Grandes plátanos y otros árboles ofrecen su sombra al paseante.
El viajero camina a solas con sus pensamientos acompañado del rumor del líquido elemento y de la paz emanada de los bonitos cuadros pintados aquí y allí. 
Toca ahora subir escaleras para dirigirnos a otra parte de la ciudad. 
Llegamos así a La Iglesia de San Pedro, barroca del S XVIII, con una torre de sirena rematada por un ático con pequeños arcos. 
Continuamos periplo y arribamos a un rincón que constituye una verdadera atalaya sobre Amarante, con su puente, iglesia, monasterio y claustro, … 
Nos escurrimos por una angosta callejuela de casas de piedra y balcones con rejas de hierro forjado.
Que nos deja delante de La Iglesia de San Domingos, de forma redondeada y estilo barroco, que data del siglo XVIII. Actualmente acoge El Museo de Arte Sacro
Continuamos descendiendo entre piedras hasta llegar de nuevo a La Plaza. 
Cruzad el puente y perdeos por las calles de Amarante, degustad su gastronomía, en donde seguramente os llamarán la atención unos dulces de forma muy llamativa… 
 Descubrid su muralla, sus fuentes y detalles varios, y disfrutad de todo el encanto que sin duda emana de esta ciudad bañada por el Támega.