Hace poco nos acercamos hasta Saint-Jean-Pied-de-Port, Francia, mítico enclave en El Camino Francés a Santiago declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad por La Unesco en 1998.
Los peregrinos se
adentran en Saint Jean a través de La Puerta de Santiago en donde antiguamente
se tenía que pagar peaje para poder seguir con La Peregrinación.
Poco a poco van
descendiendo por la empedrada Rue De La Citadelle.
Las casas, muchas de ellas con el año de construcción a la
vista, se nos muestran coloridas y adornadas con olorosas flores.
No pasamos por alto la llamada “Prison des Evêques”, que, como su nombre indica, sirvió de prisión en algún momento de su historia. Ahora está dedicada a Museo.
Ni El Punto de
Información y Ayuda al Peregrino en donde, tras ser atendidos muy amablemente, se puede
conseguir La Acreditación del Peregrino.
A nuestra derecha
divisamos La Porte de France construida en piedra arenisca con arco apuntado y
cuyas escaleras conducen al Camino de Ronda que se puede seguir sobre Las
Murallas de La Ciudad.
Caminamos también bajo La Porte
de Navarre o Puerta del Mercado de bóveda ojival.
Y en seguida nos
encontramos delante de La Iglesia de Notre-Dame du Bout du Pont actualmente
conocida como Iglesia de La Asunción. Edificio Gótico cuyo origen se remonta al
S. XIII.
A su vera se alza la
Porte De Notre-Dame, una de las puertas mejor conservadas de Saint-Jean-Pied-de-Port, abierta en la torre del campanario de la
Iglesia. Una escultura de la Virgen y el Niño adorna uno de sus lados, mientras
que en el otro una escultura representa a San Juan Bautista.
Por aquí discurre El Río
Nive que se desliza bajo La Pont de Saint Jean o Pont Vieux construido con un
solo arco en piedra arenisca.
El puente y las casas, que
en una y otra orilla se reflejan en las aguas del Nive, forman un conjunto que
atrae la atención de los visitantes.
Ascendemos ligeramente por La Rue d´Espagne que, en La Edad Media, acogía
a los artesanos de Saint Jean, como lo prueban algunos de los dinteles que,
además de la fecha de construcción, apuntan el oficio del dueño de la
casa.
Todavía nos queda La
Puerta de España en una parte de la muralla que data del S. XVII, para dar por
finalizada nuestra visita a esta villa llena de la vitalidad que emana de los
miles y miles de peregrinos que por ella pasan.
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