Los Pasadizos de Esmoriz
en Ovar, Portugal, nos invitan a un paseo relajante y tranquilo.
Que realizaremos dejándonos
llevar sobre su camino de madera.
El cual nos va
conduciendo sobre las aguas de los húmedos terrenos por los que discurre.
A ambos lados predominan
los juncos, cañas y otros arbustos que se aclimatan a este ecosistema.
La senda va zigzagueando
y el senderista se recrea en esta flora sobria pero plena de belleza.
La Laguna de Paramos, cuyas
aguas sorteamos también sobre algún que otro puente, es la que propicia todo
este festín para los sentidos.
Poco a poco nos vamos
acercando a zona dunar. Las maderas, que parecen extenderse hasta el infinito,
nos llevan ahora sobre fina arena.
El día es propicio para
la caminata y el cielo luce azul y luminoso en el horizonte.
En los momentos en que los
pasadizos se acercan a besar la arena de La Playa de Paramos no podemos contenernos y
bajamos a saludarla.
Las olas, sabedoras de
nuestra presencia, se lanzan a la orilla estruendosas y encrespadas haciéndose
notar.
Continuamos nuestro
periplo oteando en la lontananza La Capilla de São João a la que nos aproximamos siempre
con el sonido del océano como banda sonora.
Va el caminante avanzando
extasiado y dejando atrás solamente sus huellas sobre la arena que invade los
pasadizos.
Un momento culminante es
cuando nos encontramos con este bonito puente elevado y arqueado.
Los pasadizos nos
permiten seguir viendo el mar, en la "Barrinha de Esmoriz", ahora algo lejano y silencioso.
Tiempo hay también para
la observación de la fauna local, a lo largo de la jornada, y en los puntos
señalados para ello.
Bonito final para nuestro
paseo sintiendo además el olor a mar que la brisa traía hacia nosotros.