lunes, 31 de mayo de 2021

Miradores De La Sierra De La Magdalena, Cangas

 En esta ruta nos aventuramos por La Sierra de La Magdalena, Cangas.  

Nuestro inicio es ya espectacular con El Petroglifo de Las Abelaires como protagonista. Sus inscripciones pueden tener entre 3.000 y 4.000 años, ofreciéndonos cazoletas, círculos variados, infinidad de dibujos geométricos e incluso abstractos. 

De allí nos dirigimos hacia la cumbre del Monte Leboreiro en donde existió un Castro. Las vistas sobre algunas de  Las Rías Baixas son espectaculares. 

Incluso podemos otear la silueta inconfundible de Las Islas Cíes

De allí descendemos por un sendero que alterna rocas y suelo terroso de la sierra.

Y que nos lleva al enclave en donde se encuentra el antiguo Marco Divisorio de Las Parroquias de Aldán y Darbo

De allí, ascendiendo, arribamos a Outeiro Agudo. Allí encontramos una garita de vigilancia en desuso que nos abre la puerta a un balcón sobre El Océano Atlántico.

      Sigue su periplo el caminante y sus pasos lo llevan hasta El Alto do Carballiño que, desde su vértice geodésico, sigue ofreciéndo panorámicas sobre la inmensidad salada. 

Al igual que el sendero que sigue a continuación siempre con el horizonte salado en nuestro punto de mira. 

Es primavera y la flora del lugar nos muestra una paleta variada de color sobre la cual las abejas y mariposas revolotean sin parar. 

Y como quien no quiere la cosa estamos ya en El Trono "Da Raíña". Allí existe un conjunto de rocas, una de ellas con forma de trono, de ahí el nombre.

Ellas nos sirven de trampolín para una fantástica panorámica sobre la belleza de nuestra Galicia en estos parajes que nos quita la respiración. 

 Descendemos y tomamos rumbo hacia el enclave en donde se encuentra "O Balcón do Rei", un excelente mirador sobre La Ría de Vigo.

Se encuentra inmerso en un Área Recreativa en donde poder tomar un descansito antes de continuar la marcha. 

Y dirigirnos hacia El Monte Castelo, auténtica atalaya sobre las tierras bañadas por El Océano Atlántico.

Echad un ojo también a algunas de las rocas verdaderamente curiosas que por allí se encuentran. 

Y ya toca ir cerrando el círculo para volver al punto inicial. Lo hacemos por una senda tranquila y animada con los colores de la primavera.

No dejamos sin visitar La Fuente "Da Ola", original manantial que brota a través de una piedra y que según cuenta la leyenda manaba agua al subir la marea.

 Y que contribuye a aumentar el halo de misterio y el encanto de la ruta.

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