domingo, 31 de diciembre de 2017
sábado, 23 de diciembre de 2017
lunes, 18 de diciembre de 2017
Miradores de Redondela: Campo Da Rata, Coto Del Águila Y Alrededores
Hay veces en que podemos
ver las cosas desde las alturas, a vista de pájaro… ¡Y sienta tan bien!
La caminata que lleva
a los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas hasta allí comienza en El Área Recreativa de El Coto Del Águila en Trasmañó,
Redondela.
Está muy cerca el
invierno y las heladas de la noche se dejaban notar sobre el suelo por donde pisábamos.
A medida que vamos
caminando Las Islas Cíes, envueltas en bruma y custodiando la entrada de La Ría
de Vigo, van despertando de su sueño y se hacen visibles para el caminante.
También el sol quiere
acompañarnos y se asoma tímidamente entre los árboles.
Es un sendero estrecho,
tranquilo y sosegado.
Enseguida llegamos al
lugar en donde nuestros ancestros nos dejaron muestras de su buen hacer artístico
en piedra. Los Petroglifos de Chan Da Cruz.
Y algo más adelante no
podéis dejar atrás A Mámoa do Rei.
Impresionante monumento
megalítico del Neolítico.
Es una tumba colectiva, construida
con grandes piedras formando una especie de polígono, con una antigüedad de entre 4.000 a 5000 años, ¡nada
menos!
Sigue el senderista su
periplo entre pinares y bosques con distintas especies arbóreas mientras un
manto azul se va extendiendo por el cielo.
Llegamos así al Castro de
Negros situado en un pequeño cerro y desde donde tenemos una amplia visión de
La Ensenada de San Simón y poblaciones adyacentes.
Allí mismo podréis
relajaros en su área recreativa mientras contempláis algunas formaciones
rocosas curiosas con nombre propio, como A Cama da Moura, A Cama dos Rapaces,
etc.
Las acompaña la solitaria
silueta de un pétreo cruceiro.
Y toca seguir caminando pisando
húmeda hojarasca, entre vegetación variada a medida que el camino va serpeando y
descendiendo paulatinamente.
Al poco iniciamos un
ligero ascenso y nuevas formaciones rocosas se presentan ante nosotros.
Son indicios de que nos
estamos aproximando a nuestro objetivo. Y así es. Desde allí, El Puente de
Rande y La Ría De Vigo se ofrecen, magníficos, ante nosotros.
¡Ya sabéis dónde nos
encontramos! En lo alto del Campo da Rata, en Redondela.
Es donde se encuentra el
famoso banco.
¡Y desde luego el llegar
hasta allí merece la pena!
La panorámica es espléndida
y, si el día acompaña, alcanzaréis a ver las Islas de Los Dioses, Las Islas Cíes, veleros regateando en el azul océano y mucho más...
No faltan las bateas y La
Isla de San Simón en su ensenada.
Pero nada es eterno y
tiene el caminante que dejar atrás este espectáculo y seguir el plan previsto,
pero siempre con la belleza del paisaje como compañía.
De regreso al Coto Del Águila, en los charcos formados
por las lluvias caídas hace unos días se reflejaban las hayas, desnudas sus
ramas sin ropajes frente al rigor del invierno.
¡Pero esto no es todo! Aún
tuvimos tiempo de acercarnos hasta El Mirador allí situado.
Los azules del cielo y de
la masa de agua salada se entrecruzan, solamente divididos por las tonalidades de
montañas y poblaciones.
No está tan concurrido
como el mirador anterior y puedes sentarte tranquilamente a contemplar toda la
panorámica.
La estampa que tenemos
desde allí nos sirve para reafirmar nuestra idea de que vivimos en un auténtico
paraíso: Galicia.
Simplemente por el placer
de estar en medio de esta maravilla de La Naturaleza, ¡Ven y disfrútala!
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lunes, 11 de diciembre de 2017
Por Vedra: Ponte Ulla, Viaductos De Gundián, San Xoán Da Cova, Pazo De Ribadulla Y Molinos De Vedra
Por debajo de Los Viaductos de Gundián se desliza El Río Ulla.
Los senderistas del Blog
Grupo de Andainas Rías Baixas llegamos hasta ellos en una caminata que comienza
en Ponte Ulla justo en el puente que le da nombre.
Al lado de La Iglesia de
Santa María Magdalena que todavía conserva elementos románicos.
En seguida iniciamos el
recorrido por El Sendero de San Xoán da Cova siguiendo el cauce del Ulla.
Al poco nos sale al
encuentro la figura de un solitario molino besando sus dulces aguas.
Se camina fácilmente, sin prisa,
pero sin pausa, a veces sobre pequeñas pasarelas de madera.
O con la mullida
hojarasca como alfombra a nuestros pies.
Si hay alguna pequeña
dificultad, como algún tronco en el camino, se solventa sin mayor problema.
El sendero es estrecho y
los árboles que nos rodean los propios de ribera.
Aunque también nos
encontramos con fincas cultivadas y viñedos, ahora desprovistos de los
preciados racimos.
La superficie del río en
calma hace de improvisado espejo para el viaducto de la autovía.
Casi sin percatarnos arribamos
al Área recreativa de Agronovo.
Allí el senderista relaja
la vista y el espíritu con el remanso de paz que se respira.
Entre pequeñas lagunas,
robles, sauces y mesas de piedra.
De allí volvemos un
trecho sobre nuestros pasos para dirigirnos a otro de nuestros objetivos. Por el
camino oteamos los viaductos allá a lo lejos semiescondidos entre la niebla.
Y no serán pocas las
ocasiones para ello.
Nos topamos más tarde con
los muros que cobijan otro de nuestros puntos fuertes.
Se trata del conocido
como Paseo das Oliveiras que envuelve al caminante en un halo de misterio y
magia.
Es un paseo de olivos centenarios,
seguramente del S. XVI, antiguamente usados para la producción de aceite, uno
de los cuales ganó en el 2015 el premio al Mejor Olivo Monumental de España.
Y que junto con otras
especies botánicas de gran valor, entre ellas camelias y ejemplares de boj, se
encuentra en El Pazo de Santa Cruz de Ribadulla incluido en la ruta de la
camelia.
La historia del pazo se
remonta al S. XVI. Sus paredes exteriores lucen varios escudos y en él además
de capilla, se encuentran varios elementos arquitectónicos de interés como La
Fuente de La Coca.
No os perdáis, cerca del
portón de acceso, en el exterior, rodeado de robles un magnífico cruceiro.
Debe seguir la ruta el
viajero dirigiéndose a un enclave bañado por las aguas del Río Merín. Ya en su
inicio un conjunto de molinos restaurados saludan a todo el que por allí se
acerca.
Y nos sumergimos de pleno
en un bosque lleno de encanto. Rústicas pasarelas contribuyen con su granito de
arena.
Pasos escalonados llevan
en volandas al senderista que va ascendiendo paulatinamente y sin esfuerzo.
Pequeñas cascadas ponen
la banda sonora de una ruta, Los Molinos de Vedra, que es todo un
descubrimiento por lo bien cuidada que está y lo bonita que es.
Las levadas nos sirven de
camino para ir de uno a otro molino.
Y nos reafirmamos en la
idea de lo bien que sabían nuestros antepasados aprovechar los recursos
ofrecidos por la naturaleza.
¡Fijaos que escena tan
serena!
La calma es total, sólo
interrumpida por el cascabel sonoro del agua deslizándose ladera abajo en
pequeñas cascadas.
Por aquí no se siente el
cansancio. Las energías salen renovadas.
Continuamos el paseo y
llegamos a un punto en donde nos cruzamos con El Camino Sanabrés a Santiago. Lo
señaliza La Ermita de Santiago de fachada sencilla pero que cuenta con dos
campanas en su campanario.
A su lado la fuente del
mismo nombre en donde leemos una inscripción que nos cuenta la leyenda del
traslado del cuerpo del apóstol ocurrido por estos pagos.
Dejamos este lugar lleno
de leyenda y nos dejamos llevar por pistas amplias y sombreadas.
Otro momento cumbre de
nuestra andaina es cuando avistamos ya el más moderno viaducto del ferrocarril sobre El Ulla.
Lo cual nos indica que
nos encontramos en El Mirador de Gundián con el imponente antiguo viaducto ferroviario
sobre el río.
Algo que impresiona es el
desfiladero con el Ulla corriendo rebelde allá abajo deslizándose entre los dos
viaductos.
Podemos verlos desde
distintas perspectivas, tanto de arriba abajo como al contrario.
Incluso con las ahora
tranquilas aguas como testigos del momento.
Y que nos acompañan hasta
el final de nuestro paseo.
Lleno de historia, magia,
fuerza, sonoridad y encanto.
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