En esta ocasión os contamos
nuestro paseo por Benavente, en El Norte de Zamora.
Comenzamos al pie de
La Torre del Caracol, la única que queda en pie de un antiguo Castillo del S. XVI, ahora Parador de Turismo. Entramos y admiramos su increíble artesonado
mudéjar y una serie de pinturas de José Carlos Guerra.
Nos paseamos después por Los Jardines de La
Mota, auténtica atalaya sobre El Valle del Río Órbigo.
No paséis por alto, El Gran Lazo, y La Escultura de la Conmemoración del
VI Centenario de la Fundación del Condado de Benavente. Realizada en bronce por Ricardo Flecha en 2002
representa el busto de un guerrero medieval con grandes alas y El Escudo del Caballero
Pimentel con su lema “Más vale volando”.
A un paso nos recibe La Casa de Solita, impresionante
palacete de inicios del S. XX que refleja lo mejor de la arquitectura
moderna de la ciudad. Se puede acceder a la 1ª planta y admirar una parte de su
interior. Destacan techos y paredes maravillosamente pintados, vidrieras,
mosaicos, balaustradas,…
Como quien
no quiere la cosa nos encontramos en La Plaza de Santa María, emplazamiento de
La Iglesia de Santa María del Azogue, Templo Románico construido entre
los S. XII y XVI y uno de los principales Bienes de Interés Artístico de la zona.
Presenta una cabecera con 5 ábsides de tamaño
decreciente y 3 portadas. Siendo los ábsides y dos de las portadas del S. XII,
realizados en sillería de arenisca pizarrosa. Posteriormente se finalizaron las bóvedas de
crucería y de cañón, así como se alzó la torre del reloj de planta cuadrada.
Fijaos en las 3 arquivoltas profusamente
decoradas con flores tetrapétalas, arquillos de medio punto, representaciones
del Pecado Original, Los Evangelistas, y La Virgen,...
Cobijan un tímpano en el que aparece un cordero
rodeado de angelitos, que representa a Cristo, y se sostienen por tres parejas
de columnas decoradas con capiteles de palmetas.
En el interior admiramos El Grupo Escultórico
de La Anunciación, del S. XIII, con la Virgen de la Buena Vida, embarazada, y La
Virgen de la Vega, Patrona de la Ciudad. Y en las bóvedas, pinturas con
símbolos del zodíaco.
Callejeando arribamos a La Plaza Mayor. Repleta
de edificios porticados, como La Casa Consistorial, del S. XIX y estilo Neoclásico
tardío, en ella se mezclan diferentes épocas y estilos. En su centro, El Mosaico
de Los Ríos y la Veguilla, muestra el escudo de la ciudad, La Virgen de la Vega
sobre un puente flanqueado por dos torreones, y dos veneras.
En las cercanías se alza La Iglesia de San
Juan del Mercado, uno de los templos más antiguos de la ciudad, también de
estilo Románico como puede verse en
sus muros de sillería, su fachada con marcas de cantería y sus tres ábsides. El
Arco Triunfal y el Ábside Sur son sus espacios más trabajados.
De sus 3 pórticos destaca
uno decorado con La Adoración de los Reyes Magos. En las columnas aparecen seis
profetas que aún conservan la policromía del S. XIII.
Las otras dos entradas
son mucho más sencillas, con alguna decoración animal ligada a la mitología. En
la portada oeste, se puede ver un calendario medieval, una
interpretación cíclica del tiempo, tal y como lo entendía el hombre del
medievo, así como un capitel con un caballero despidiéndose de su amada.
En el interior destacan las pinturas del
ábside central sobre El Bautismo de Cristo del S. XV, así como un Cristo Gótico
y un Retablo Hispano-flamenco con representaciones de la vida de San Ildefonso,
El Nacimiento y La Epifanía,…
Continuando viaje con nuevas vistas de los
alrededores de La Plaza Mayor, el caminante se encuentra con La Plaza del Grano,
antes llamada Plaza de los Bueyes, en alusión a que en ella se celebraba el
mercado de dichos animales.
Por ella pasaba El Toro Enmaromado, de cuya
celebración da cuenta una escultura en una rotonda cercana.
Poco antes habremos conocido El Hospital de La Piedad, declarado
Bien de
Interés Cultural en 2003 y que, inicialmente, recibía a los peregrinos a Compostela. En su Fachada Renacentista destacan El Altorrelieve de La Piedad, Los Escudos
del V Conde de Benavente y su mujer, así como La Concha de Los Peregrinos del
Camino de Santiago.
No muy lejos nos espera La Ermita de La
Soledad, de comienzos del S. XVI y sencilla fachada con arco de medio punto en
piedra de sillería, un óculo y un escudo alusivo a la orden franciscana. Actualmente
acoge El Museo de La Semana Santa. En ella damos por terminado nuestro paseo
por esta acogedora ciudad.
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