A Praça do Rossio, también llamada Praça Don Pedro IV, es una
de las más importantes y bonitas de Lisboa, Portugal.
Para llegar hasta ella comenzamos un paseo cerca de A Praça do Município
en donde nos reciben unos rojos personajes rodeados de imponentes edificios
y un retorcido “Pelourinho”.
En seguida llegamos a Praça do Comércio, durante
mucho tiempo la puerta de Lisboa para el comercio marítimo.
En ella os llamará la atención La Estatua Ecuestre de José I, rey portugués que estuvo al mando durante el terremoto de
Lisboa.
Y os encantará caminar bajo El Arco Triunfal
que nos lleva a Rua Augusta con sus bonitos edificios y su suelo blanco y
negro.
Os gustará montaros en El Elevador de Santa
Justa con sus 45 m de altura
y de estructura que recuerda a La Tour Eiffel.
Internándonos
en O Chiado, el barrio más bohemio de Lisboa, primeramente visitamos Las Ruinas
del Monasterio do Carmo. Desde allí se obtienen bonitas vistas de la ciudad.
No dejéis de tomaros algo en A Brasileira,
cruzar unas palabras con Fernando Pessoa, conversar con el poeta que da nombre
al barrio o con el mismísimo Luis de Camões.
A nuestro
alrededor miles de turistas y los propios lisboetas pululan sin cesar, ya sea a
pie, en tranvía o en los clásicos elevadores de Lisboa en su incesante vaivén.
Momentos hay para
subir y bajar escaleras algunas de las cuales se encuentran adornadas por
murales de graffitis, algunos realmente espectaculares y coloridos.
Ya en El Mirador
de São Pedro entre fuentes y esculturas varias disfrutamos de una perspectiva
diferente de la ciudad con El Castillo de San Jorge en su atalaya.
Y ya nos vemos en
Praça dos Restauradores. En su centro un obelisco
conmemora la rebelión contra la dominación española en 1640.
En sus inmediaciones la elegante fachada de la Estação do Rossio de
finales del S. XIX.
En Praça do Rossio, pisamos sobre
los mosaicos blancos y negros típicos de la capital portuguesa y nos refrescamos en la
magia de las gotas de agua fluyendo de
sus fuentes.
En el centro de la plaza La estatua de Pedro
IV de Portugal, El Rey Soldado. Fijaos en
su base, en donde cuatro figuras femeninas representan las bondades del rey.
Cruzamos Praça da Figueira bajo la atenta mirada de Juan I a caballo.
Y de nuevo subimos y bajamos escaleras
paseando la mirada por el arte graffitero.
Hasta arribar al enclave en donde se encuentra
El Castillo de San Jorge, uno de los símbolos de Lisboa.
Recorremos pausadamente su estructura almenada
construida inicialmente por los visigodos y que albergó entre sus paredes a los
reyes de Portugal.
Emplazado en lo alto de La Colina de San
Jorge, constituye un auténtico balcón desde donde otear Lisboa casi a vista de
pájaro.
Que puede divisarse desde
miradores como El de Santa Luzia, camino del cual nos encontramos La Iglesia de
Santiago y el KM 0 de inicio del Camino Portugués a Santiago.
Poco a poco nos vamos acercando al Panteão
Nacional, construcción barroca lugar de
descanso de portugueses ilustres como Amália Rodrigues.
No dejamos atrás La Sé Catedral de Lisboa, de
estilo románico considerada la iglesia más antigua de la ciudad.
Y otros elementos que dejamos para que el
viajero los descubra en este paseo cultural realmente interesante por la
capital portuguesa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario