Las aguas de Los Ríos Lima
y Vez son las protagonistas de esta caminata por tierras de Portugal.
Comenzamos en Ponte da Barca
regada por El Lima, que discurría plácido y sosegado con barcas en
sus aguas y árboles coloridos poblando sus orillas.
El nombre de la localidad parece tener su
origen en la barca que servía para ir de una a otra orilla antes de contar con
su impresionante puente.
Construido a finales del S. XIV sufrió
restauraciones posteriores. Actualmente cuenta con
diez arcos asimétricos entre sí y entre ellos, ocho arcadas de la época
medieval.
En el centro del estrecho puente
observamos los escudos de Ponte da Barca a un lado, y el de Arcos de Valdevez
al otro señalando la división territorial entre ambas villas.
Desde él se obtiene una
bonita panorámica sobre Ponte da Barca destacando La Iglesia Matriz, La Picota
Manuelina del S. XVI y La Arcada del Mercado Pombalino.
Cruzado el puente
callejeamos al encuentro del Río Vez.
Al que encontramos discurriendo
tranquilamente bañando la conocida como Ecovía de Arcos de Valdevez.
En sus orillas reposa en
silencio la figura del solitario Muinho da Carvalha.
La senda es fácil de
caminar y nos lleva por tramos frondosos con rocas de formas redondeadas embelleciendo
el paisaje.
Después de que el río Vez
entregue sus aguas al río Lima éste es nuestro compañero de paseo. Poco a poco
va entrando en ebullición propiciándonos preciosas instantáneas.
Esto sucede sobre todo
cuando nos vamos encontrando diques en su lecho, realzando el sonido del líquido
elemento, o las famosas pesqueras en una y otra orilla.
Construcciones que estrechan y limitan los
lugares de paso de la lamprea en su recorrido hacia el desove, facilitando su
captura.
Algunos regatos que se
deslizan hacia el Lima cruzan la senda y los sorteamos con la ayuda de algunos
puentes de madera.
Es tiempo de otoño y eso
se nota en el ambiente. Los viñedos todavía nos muestran algunos racimos, las
castañas comienzan a aparecer y pequeñas florecillas se muestran por doquier.
La masa arbórea, propia
de ribera, se resiste a cambiar de vestuario mientras las grullas se pasean
sobre las aguas en donde las barcas descansan.
En Padreiro visitamos “A
Fonte Santa”, una pequeña capilla y cruzamos el viaducto sobre El Lima desde
donde el alma vuela y las pesqueras, a vista de pájaro, toman otra dimensión.
Nos encontramos así sobre
La "Ecovía Dos Açudes” en la otra orilla del Lima por lo que contamos con la
visión inversa de los açudes, o diques, y de las pesqueras.
También contamos con un
abandonado molino, áreas recreativas y una fuente, en este caso de aguas
sulfurosas mientras entrevemos nuestra meta aguardándonos.
Así nos fuimos acercando
a Ponte da Barca que nos recibe con las aguas del Río Vade deslizándose
ruidosas bajo un arqueado puente medieval.
Poniendo punto final a
una ruta bonita con ambiente de quietud y de nostalgia.
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