La Playa de La Concha, de
arena fina y dorada y agua cristalina, es la más céntrica de San Sebastián,
Euskadi.
Para llegar hasta ella los
senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas comenzamos un paseo por la
zona antigua que inicialmente nos llevó a La Plaza de La Constitución.
Seguidamente visitamos La
Basílica de Santa María en donde se encuentra La Virgen del Coro, patrona de la
ciudad.
Callejeando vamos
encontrando tesoros, admirando paisajes y conociendo parte de la historia de La
Bella Easo.
No pasamos por alto La Iglesia
de San Vicente templo gótico del S. XVI con una bella portada policromada y probablemente
el monumento más antiguo de Donosti.
Fijaos en sus Cuatro Rosetones iguales 2 a
2 y ya en su interior en El Retablo Central y El Gran Órgano del S. XIX.
En los exteriores nos
sorprenden gratamente una serie de esculturas de Chillida y en las paredes del
atrio-fachada nos sobrecoge La Piedad, obra de Atienza.
Enseguida nos encontramos
con El Río Urumea bajo El Puente de Zurriola poco antes de entregar sus aguas
al Mar Cantábrico.
Pasead calmosamente al
tiempo que echáis una amplia ojeada a los edificios cercanos como El Teatro
Victoria Eugenia y El Hotel María Cristina.
Relajaos en sus parques, jardines
y fuentes.
Y extasiaos ante la
majestuosidad del Puente de María Cristina y todos sus elementos.
No dejéis sin visitar La
Catedral del Buen Pastor.
Edificada en el S. XIX,
con inspiración en las catedrales góticas alemanas, en ella predominan
vidrieras, arcos ojivales, torres estilizadas y otros elementos góticos.
Nos encaminamos hacia La Playa de La Concha en donde somos recibidos por Don Quijote y Sancho Panza con El Monte
Urgull y El Monte Igeldo a nuestras espaldas.
Mirando sus características
barandillas, sus farolas y sus relojes respiramos pausadamente y nos damos un tiempo para
recordar épocas de la infancia pasada por estos parajes.
Al otro lado nos espera
el edificio del Ayuntamiento al que nos acercamos.
No dudamos en darnos un
amplio paseo siempre mirando al arenal tonificando el corazón y aquietando el
alma.
Llegamos así hasta El
Palacio de Miramar y sus bonitos jardines.
No os perdáis los buenos
momentos con el rumor de las olas como música de fondo trayéndonos ecos y
rumores de tierras lejanas.
Y por supuesto
experimentad las sensaciones producidas por el oleaje en el enclave en donde se
encuentra El Peine del Viento de Chillida.
En esta pequeña ruta con
encanto y llena de profundas emociones bailando en la cresta de las olas del arenal de La Playa de La Concha.
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