La Cascada Do Fojo en La Freguesía de Lara, Monção, Portugal, es una de las protagonistas de esta caminata.
Que iniciamos al pie de una antigua presa de
riego.
Muy bien acompañada por un lavadero con
fuente incluida.
Son
testigos de todo ello un abandonado molino y su altivo canal. Las aguas
que de él se deslizan nos dejan entrever la no muy lejana iglesia del lugar.
La mañana era fría, la escarcha cubría la vegetación, mientras el caminante se adentra en el lugar conociendo un cruceiro aquí, una fuente allá, La Fundación João Pinto Mouteiro acullá y una Capilla a la salida.
En que enfilamos hacia zona más boscosa. Allí,
además de los árboles, nos vamos encontrando algunas moles de piedra, como el
“Penedo Navío” y otros, que animan el sendero.
Camina el senderista ascendiendo entre el
aroma de los pinos que lo introducen a nuevas y variadas formaciones rocosas.
El camino es llevadero con presencia de
arboleda variada entre la que se atisban las montañas en la lejanía.
Nos gustó encontrarnos con “O Penedo do
Sapo”. Cuando os acerquéis fijaos en las oquedades de su interior.
No paséis por alto “O Penedo da Toca do
Coello”.
En un bonito paraje desde donde poder contemplar un
amplio panorama.
Pisaremos también caminos que nos llevan
entre viñedos y fincas con los típicos cultivos de esas tierras.
Cercanas a lugares poblados en donde nos
fijaremos en sus casas de piedra en distinto grado de conservación.
No faltan los hórreos, construidos con
variados materiales, algunos de los cuales todavía se siguen usando para su primitiva función.
Ni las fuentes y lavaderos, bien cuidados y
restaurados.
Retomando el sendero por zona de bosque el
caminante va a la sombra de variados especímenes arbóreos que impiden que la
escarcha nocturna del invierno se deshaga.
Nos desviamos también para conocer un pequeño
pozo verde con su fuente.
Antes de ascender “O Alto da Cotorinha” en
donde nos espera en calma y tranquilidad una pétrea y antigua “eira”
comunitaria alegrada por el amarillo de las mimosas.
Y por fin arribamos ya a los pasadizos que
nos permiten deslizarnos siguiendo el curso del Regato de Lara. En sus orillas
nos salen al paso solitarios molinos.
El riachuelo fluye encajonado entre la roca
del paraje y las paredes de los molinos, algunos en estado ruinoso.
Pero que nos dan idea de la intensa actividad
realizada entre sus muros hace unos cuantos años en la época de molienda.
Y, allí mismo, surge el motivo de nuestra
presencia: La Cascada de Fojo formada por las aguas del Regato de Lara
lanzándose al vacío y desmelenándose en su caída.
Se puede contemplar desde su parte alta y
también en la parte baja llegando hasta ella por una pasarela de piedra.
Cuyos lados están también adornados por la
sonoridad líquida, fluyendo por doquier, y varios molinos.
Es una verdadera delicia llegar hasta allí y
permanecer un rato contemplando el espectáculo sonoro y visual ofrecido por las
aguas, danzando en suspensión.
Y poniendo la nota de encanto a esta bonita ruta por
tierras portuguesas.
CLICAR AQUÍ Y VER LA RUTA EN WIKILOC
No hay comentarios:
Publicar un comentario