domingo, 24 de octubre de 2021

Paseo Por Labastida, Rioja Alavesa

 Esta vez visitamos Labastida también en La Rioja Alavesa. Su nombre, que significa “Fortaleza de piedra fija, deriva de un antiguo bastión situado en el cercano Monte Toloño.  

La céntrica Plaza de La Paz alberga La Casa Consistorial, palacio de dos plantas, joya arquitectónica del S. XVIII, y Estilo Barroco Tardío declarado Monumento Nacional. Fijaos en su pórtico de tres arcos de medio punto decorados con tres finas arquivoltas, y en el primer piso en donde se aprecian tres balcones coronados con arcos de medio punto.

Enfrente se encuentra La Casa Palacio de los Salazar. Obra del S. XVIII, levantada en piedra de sillería y planta rectangular, presenta una rica fachada con puerta y balcones muy moldurados y el escudo del linaje sobre el balcón central. Actualmente alberga La Casa de Cultura de Labastida y La Oficina de Turismo.

También nos topamos con el edificio más emblemático de Labastida: La Iglesia de Nuestra Señora de La Asunción. Majestuoso templo construido entre los S. XVI y XVIII en Estilos Renacentista y Barroco, en inicio edificación militar, convertida en iglesia y actualmente reconocida como Monumento Nacional

El conjunto está formado por un gran arco de medio punto que cobija la fachada monumental, magnífico exponente del Clasicismo imperante en el S. XVII que semeja un retablo labrado en piedra con dos vanos adintelados gemelos flanqueados por columnas jónicas y una hornacina con la estatua de La Virgen.

Cuenta con un alto y bien decorado campanario, también barroco. La torre, maciza, de planta poligonal y rematada en cúpula, supera en total los 54 m. 

Labastida, en tiempos una fortaleza muy codiciada, fue pasando de mano en mano hasta que en el S. XVI se incorpora a Álava. Como tal fortaleza contaba con una muralla que la rodeaba y de la que aún pueden avistarse algunos vestigios.

Allí mismo, excavadas en la roca arenisca, descubrimos cuevas que quizás pudieron estar habitadas por eremitas y haber sido lugar de aislamiento de anacoretas o ermitaños.

Recorremos El Paso de Ronda de la muralla y, subiendo escaleras en medio de curiosas esculturas, descubrimos la que fue antiguamente La Casa del Alcalde.

Así como El Lagar de La Mota, de forma cúbica y realizado en piedra,  usado por las familias para la elaboración del vino. 

Vamos caminando, conociendo nuevos rincones con encanto y teniendo en todo momento bonitas panorámicas de la villa.

Recorremos El Barrio del Olmo, antiguo barrio de La Judería, encontrándonos rasgos de ese pasado, y una fuente en donde el visitante puede saciar la sed.

El caminante puede también divisar más allá,  regalándose con las vistas de las faldas del Toloño y los famosos viñedos de estos parajes.

Allí mismo podemos contemplar un espléndido arco en piedra de sillería, conocido como El Arco de Toloño, antigua puerta de acceso a la villa a través de la muralla.

Su gran arco de medio punto aparece flanqueado por pilastras toscanas decoradas con capiteles de placas recortadas. En la parte superior muestra una repisa con la imagen de La Virgen del Toloño.

A su vera, ya en El Barrio de La Mota, La Ermita Del Santo Cristo, Medieval del S. XII con añadidos góticos y una fabulosa Portada tardo Románica con arco de medio punto muy abocinado.  

Lo Gótico y lo Románico se mezclan en esta ermita con aspecto de fortaleza militar, considerada una de las construcciones románicas más importantes de la región, y el templo de origen más primitivo y antiguo núcleo original de Labastida.

Las arquivoltas de la portada son aboceladas con doce columnas de capiteles actualmente muy deteriorados pero donde se adivinan algunas escenas con personajes. 

Mejor se conservan los canecillos empotrados en el muro meridional, en donde vemos una cabeza humana, parejas de cabezas humanas unidas pero mirando en sentidos opuestos, ...

Descendemos por la parte posterior de La Iglesia de La Asunción en donde, además de la iglesia en sí, nos llamó la atención una artística Verja, réplica del Descendimiento.

Y nos dirigimos hacia La Calle Mayor para seguir recorriendo El Casco Histórico, declarado Conjunto Histórico Artístico, y descubrir su historia, sus monumentos y los secretos labrados en las piedras de sus fuentes y de los edificios que la forman.

Ya que está plagada de casas solariegas blasonadas y  palacios nobiliarios, algunos todavía con los escudos familiares. 

Como La Casa Palacio de Los Paternina de mediados del S. XVI con reformas posteriores en los S. XVII y XVIII. Un enorme edificio con tres fachadas, un magnífico balcón esquinero en donde pernoctó Napoleón a su paso por Labastida.

O El Palacio de los Garaizábal, justo enfrente. Su fachada principal y las partes visibles de sus laterales están realizadas en piedra de sillería. Destacan los aleros de madera, los herrajes de los balcones y las curiosas formas geométricas realizadas en la piedra. En el centro del último piso, entre los balcones, se encuentra un magnífico escudo cuartelado. 

No os perdáis, ya al final de La Calle Mayor, El Arco de Larrazuría. Construido en el S. XVII con piedra de sillería  en Estilo Barroco. Está formado por un gran arco de medio punto, flanqueado por pilastras rematadas con pináculos. 

Sobre el arco hay un templete terminado en un frontón triangular. Las dos caras del templete presentan elementos decorativos: en el lado que da a La Calle Larrazuria, un escudo, y una hornacina con La Virgen y El Niño, en el lado que da a La Calle Mayor. 

Y antes de dar por terminado nuestro paseo por este casco lleno de historia, en donde el vino y su cultura tiene gran peso, todavía bebimos del agua fresquita de La Fuente del Vaso. ¡Tiempos aquellos en que eso era posible y permitido! 


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