En esta ocasión nos desplazamos hasta Lindoso, Portugal, en donde destaca su imponente Castillo.
Se piensa que fue
edificado en tiempos de D. Afonso III en el S. XIII con su política de defensas
fronterizas, siendo ampliado en El Reinado de D. Dinis.
Debido a su situación
geográfica junto a la frontera española el lugar tuvo gran importancia
militar.
Pasó varias veces de manos portuguesas a manos españolas hasta que en 1663 quedó definitivamente bajo dominio luso transformándose en un fortín cuyos muros y garitas podemos ver aún intactos.
Disfrutaremos de su
feudal y almenada Torre de Homenaje que se eleva, no en el centro sino adosada
a las murallas.
De construcción medieval
sufrió una serie de remodelaciones posteriores que nos dejaron su actual y
recio aspecto.
Cuyas murallas permanecen
inalterables a través de los tiempos.
En su recinto podemos ver
claras muestras de su pasado militar.
Siendo uno de los más importantes
monumentos militares portugueses y ubicado en una posición estratégica fue
catalogado como Monumento Nacional desde 1910.
Está situado junto al Río
Lima cuyas aguas acumuladas en El Pantano de Lindoso podemos divisar
desde el castillo.
No falta una amplia y
bonita panorámica del pueblo y las montañas que lo rodean.
Así como de La famosa
Eira de Espigueiros de Lindoso, allí, a muy pocos pasos del castillo.
Y a la que no dudamos en
acercarnos y pasear por entre sus elegantes construcciones de piedra.
Se trata de unos 50 “espigueiros” de los S. XVII y XVIII. Enteramente de piedra presentan unas ranuras de ventilación y se asientan sobre pilares graníticos con unas losas circulares para evitar la entrada de los roedores, como nuestros hórreos gallegos.
Sin duda un precioso monumento a la belleza y a la riqueza etnográfica del Norte de
Portugal revalorizando la memoria del quehacer colectivo de nuestros
antepasados.
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