¡Una vez más hemos podido disfrutar de estas magníficas vistas!
Iniciamos el paseo al pie
de La Fraga de Gontade en donde destaca el conjunto de molinos del S. XVIII,
restaurados en 1997.
Perfectamente alineados
aprovechando todos el agua del Regato Carballosa.
Están rodeados de un frondoso
bosque en donde nos adentramos silenciosamente para no espantar a las hadas y
duendes que sin duda lo habitan.
Por aquí pasa también El
Camino Portugués a Santiago. Y muy pronto empezamos a vislumbrar la inmensidad
salada del mar que se extiende ante nosotros plácidamente y la clásica silueta
de Las Islas Cíes.
Una rudimentaria fuente
atestigua el paso de los peregrinos.
El caminante no tarda en arribar
a un enclave de importancia arqueológica con la presencia de molinos naviculares,
confraternizando con otros hidráulicos, Los Molinos de Estea, al borde de su
presa.
Seguimos camino acompañados
de castaños, y de nuevo el mar y Las Islas Cíes se colocan en nuestro punto de
mira. Nos encontramos en El Alto da Medoña, en donde se ubica un Castro, sin
excavar, desde donde no cabe duda de que nuestros ancestros tenían una amplia visión
de todo lo circundante.
Abandonamos el castro y
algo más adelante nos encontramos un bonito paraje con molinos, fuente y un
refrescante regato.
Emociona pensar que
estamos realizando el mismo camino que muchos hombres y mujeres lo hacían
antaño para la molienda del grano.
El Parque Forestal de Saiáns
nos proporciona también un momento de descanso en armonía con la naturaleza. Y
a unos pasos, de nuevo, vistas sobre La Ría de Vigo.
La ruta que seguimos a
continuación nos acerca todavía más a las maravillas de nuestra Galicia en este
rincón.
Hasta que llegamos al
Alto da Bandeira. Viendo las imágenes ya sabréis el porqué se llama así y
también os percataréis de la espléndida panorámica que desde allí se nos
ofrece.
Echad un ojo también a
las curiosas formaciones rocosas que por allí se encuentran.
También visitamos El Parque Forestal de Coruxo.
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