En el comienzo de esta
caminata conoceremos la ruta “Moinhos de Parada” ya que es por ese lugar cerca
de Lindoso, Portugal por donde transcurre.
Ya en el inicio nos
adentramos en un frondoso bosque con un buen cuidado sendero.
Sobre todo en las
mermadas aguas del Río Lima que estos días discurre encajonado y silencioso aunque
no falto de belleza serpeante.
Hay diversos miradores
naturales y, oteando el horizonte, además del río y las montañas, descubrimos pueblos lejanos y
cultivos escalonados en los clásicos socalcos de estas tierras.
También veremos muestras
de otras actividades realizadas por estos parajes como el pastoreo y los refugios
utilizados por pastores en sus labores.
Y rincones que invitan al
descanso.
Nos vamos acercando a
terrenos más húmedos y el arbolado va cambiando.
Avistamos los primeros
molinos, algunos en ruinas, pero el paraje es realmente encantador.
El momento culminante del
paseo tiene un escenario realmente de cuento. Con montaña rocosa, regato, viejo
molino y puentecillo de madera.
El caminante se siente en
la piel del mismísimo Indiana Jones por estos parajes.
Con amenazantes gárgolas de piedra
escudriñando nuestro pasar.
El encanto del lugar se
acrecienta con una laguna que invita a un refrescante chapuzón.
Laguna que, junto con la
cascada que en épocas lluviosas por allí se desliza, recibe el nombre de “Poço
da Gola”.
Nosotros la encontramos casi
un hilillo de agua, pero el entorno nos ayudó a imaginarla en plena
efervescencia de aguas cayendo y brillantes gotas salpicando al caminante.
Continuamos nuestro
periplo con una ligera subidita que aconseja tomarse la cosa con calma.
No os extrañe encontraros
con las vacas de cuernos largos habituales por estos pagos.
Y si os fijáis en el
suelo empedrado que pisamos veréis las nítidas huellas de las ruedas de los
carros que por aquí pasaron veces y veces.
Las mariolas, conjuntos
de piedras apiladas, adornan la senda y nos señalan la dirección a seguir.
Estamos ahora en plena
montaña y en la vegetación baja que nos acompaña van apareciendo pinceladas de
otoño acá y allá.
En ocasiones caminaremos
a través de senderos en los que los muros revestidos de musgo son los
protagonistas del paisaje.
Nos acercaremos a admirar “O Penedo do Encanto” que contiene una serie de petroglifos datados en La Edad de Bronce, testimoniando la presencia temprana de La Humanidad en el Valle del Río Lima.
Nos acercaremos a admirar “O Penedo do Encanto” que contiene una serie de petroglifos datados en La Edad de Bronce, testimoniando la presencia temprana de La Humanidad en el Valle del Río Lima.
De significado todavía
incógnito, lo encontraréis en un bonito entorno.
La ruta termina caminando
a través de Parada. Saciad vuestra sed en sus fuentes.
Deteneos a contemplar los
pétreos Edificios del Tribunal, La Antigua Prisión y Los Pazos del Antigo
Concelho de Lindoso.
Y no paséis por alto las
diferentes Eiras, o agrupaciones de hórreos construídos
entre los S. XVIII y XIX perfectamente
conservados, que os salen al paso.
La transparencia del
agua, el sosiego y la calma que se respiran, harán buena mella en el ánimo del
caminante.
CLICAR AQUÍ Y VER LA RUTA EN WIKILOCCLICAR AQUÍ Y VER TODAS LAS FOTOS DE LA CAMINATA
No hay comentarios:
Publicar un comentario