El Cañón
del Sil es uno de los objetivos a alcanzar en esta caminata de los senderistas
del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas.
Para
ello comenzamos muy de mañana en las inmediaciones de La Iglesia de San Esteban de
Anllo, concello de Sober, Lugo.
Hay
veces que los senderos nos llevan entre los viñedos típicos de La Ribeira
Sacra.
Otras
nos conducen al encuentro de manifestaciones artísticas del pasado como Los
Petroglifos de Nogueira.
Veces
habrá que caminemos a través de pistas anchas en donde el límite es el azul del
cielo en la lejanía.
Todo
ello para llegar al encuentro con El Río Sil. Y lo hacemos primeramente en El
Mirador del Xábrega con las dulces aguas formando El Encoro de Santo Estevo.
El
mirador está en una pequeña elevación del terreno y rodeado de viñedos, ofreciendo
una amplia panorámica a todo el que por allí se acerca.
Pero lo
curioso es que también se encuentra al lado de un poblado castrexo, El Castro de
Xábrega, del cual se pueden apreciar varios fosos, viviendas, murallas…
Emociona
ir ascendiendo por las escaleras del castro, sabiendo que siglos antes las
recorrieron nuestros ancestros, y llegar a este emplazamiento.
Otro
momento fantástico de la ruta ya que nos encontramos en lo más alto del
montículo. Desde él El Sil se ve deslizar allá abajo, dominante en su cañón,
sin ningún impedimento que estorbe la visión.
A
partir de aquí tenemos que ir descendiendo y lo hacemos por una senda estrecha y retorcida desde la que El Sil continúa mostrándose en todo su esplendor.
Así
mismo desde diversos puntos, como en El Mirador de Os Chancís, veremos los
característicos socalcos de la llamada viticultura heroica de La Ribeira Sacra.
No podéis
dejar de acercaros hasta donde El Río Xábrega cae en cascada para darle sus
aguas al Sil.
Es en
Os Chancís, en donde por cierto, existe un embarcadero para el catamarán que
pasea a los visitantes por la belleza de la Madre Tierra en este lugar.
Acompañamos
ahora el curso del Río de Camilo, como también se conoce al Xábrega, que baja serpeando para unirse al
Sil.
Que van
surgiendo aquí y allá con múltiples y variadas formas.
Testigos
mudos de un pasado reciente y a los que nos acercamos por simples veredas o por
pasarelas y puentes colocados al efecto.
En una
jornada en que los caminantes, una vez más, acompañados del buen tiempo, disfrutamos
de nuestra tierra a más no poder.
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A paisaxe e bonita.
ResponderEliminarEstou de acordo! ¡Toda A Ribeira Sacra é espectacular!
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