Ayer estuvimos caminando por tierras de Portugal y la caminata nos deparó momentos como éste.
Nos acercamos hasta
Fontoura, localidad próxima a Valença do Minho e iniciamos la jornada en El
Santuario de São Gabriel.
Hay varios tramos de esta
ruta que se comparten con El Camino Portugués A Santiago de Compostela.
Sobre todo cuando nos
acercamos a São Bento da Porta Aberta.
En donde todo el entorno
está muy cuidado.
Y en donde se camina con
tranquilidad y sosiego.
Encontrando algún que otro
vestigio del paso de los que por allí peregrinan.
Que a veces se entretienen acumulando piedritas en los muros del camino.
Una vez abandonado, se continúa transitando por lugares
habitados y flores más o menos silvestres saludan el paso del caminante.
Había momentos en que la
senda se teñía del color rosa fuerte del digital en cuyas moradas zumbaban
alegres miles de abejas laboriosas.
Y otros en los que el
camino se iluminaba con el color proporcionado por miles de diminutas flores
amarillas.
Momentos hay en que
nuestros pasos nos llevan por caminos de servicio de fincas y otros en donde se
hace palpable el auge de los viñedos en esta zona portuguesa.
Y hasta unas estrechas
escaleras sintieron el peso de los senderistas.
Que aprovechan la ocasión
para tomar un respiro a la sombra de un alcornoque, especie arbórea de la cual se
pueden ver varios elementos a lo largo de la ruta.
Y no podía faltar la típica
calzada portuguesa, “de calceta”.
Se me olvidaba comentar
que en el trayecto también observaréis abundancia de señales azules indicando
dirección contraria a las de las flechas amarillas. Las azules se tienen que
seguir si se quiere llegar peregrinando hasta El Santuario de Fátima.
Como observáis hay
bastantes elementos religiosos a lo largo del trayecto. Así al llegar
propiamente a Fontoura tenemos La Capilla del Senhor dos Aflitos rodeada de uma
bonita área recreativa.
Muy cerca de ella la blanca silueta
de La Iglesia Parroquial.
Muy próxima a la casa
rectoral, ahora, por lo que parece ya en desuso.
Un rincón muy agradable
es aquel que alberga el “Moinho Das Lavandeiras”.
Y en donde se atesoran también
elementos variados que hacen referencia a la forma de llevar la vida no hace
mucho tiempo.
Tampoco faltan en nuestro
recorrido elementos populares como los hórreos.
De variados tamaños,
formas y materiales.
Ni los detalles alusivos al
folklore de nuestros vecinos.
En donde la gallardía y altivez de su torre, A Torre de Silva, de arquitectura militar, nos habla de la agitación y del esplendor de épocas pasadas.
¡Todo ésto y mucho más en una ruta cortita pero con mucho fundamento!
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