Cifuentes es una
localidad de la provincia de Guadalajara paseando por la cual tenemos la
sensación de haber retrocedido varios siglos con la máquina del tiempo.
Su nombre significa “Cien
Fuentes” y proviene del gran número de manantiales que formarán el caudaloso Río Cifuentes, afluente del Tajo.
De hecho veremos varios
lugares, conocidos como Los Manantiales, en donde brota el agua, origen indiscutible de la
vida.
Cifuentes, en el pasado, vivió momentos de auge y hubo una época en que estuvo rodeada de una
muralla de la cual hoy sólo quedan Los Torreones de La Puerta Salinera.
Una de las cinco
puertas primitivamente edificadas y por la que se accedía a Saelices de La Sal, en
donde, desde época romana, se extraía la sal, de ahí su nombre.
Muy cerca encontramos una
preciosa arcada que integraba parte del Hospital del Remedio, institución para
atender enfermos pobres.
A su vera, verita se
encuentra La Ermita del Remedio en cuya portada podemos admirar un fantástico
arco de estilo Gótico Flamígero.
Antiguamente el hospital
y la ermita formaban conjunto y fueron construidos por orden de Los Condes de
Cifuentes allá por el S. XV.
No tenemos que andar
mucho y aparece ante nosotros El Convento de San Francisco en la plaza del
mismo nombre.
Para acceder a la cual
tenemos que pasar bajo este arco sencillo pero no exento de encanto.
Y que cuenta en sus
inmediaciones con esta fuente para saciar la sed del caminante.
Y como quien no quiere la
cosa llegamos ya a La Plaza Mayor, triangular y circundada de casas
asoportaladas.
Por cierto que por aquí
también pasa El Camino de Santiago De La Lana. Si os fijáis en las paredes encontraréis la
concha de vieira y también la característica flecha amarilla indicándonos la
ruta a seguir.
Subimos unas no muy
empinadas escaleras por las cuales transitó La Princesa de Éboli, nacida por
estos pagos.
Y todo el esplendor de La
Iglesia Del Salvador, una de las más importantes de la etapa medieval en
Guadalajara, surge ante nuestros ojos.
Se comenzó a construir en
el S. XIII y aúna una mezcla de estilos como el Románico, Gótico, Renacentista
y Barroco.
Desde su emplazamiento
podemos divisar a lo lejos, en un cerro, dominando la situación, El Castillo de
Cifuentes mandado construir por El Infante Don Juan Manuel sobre una antigua
fortaleza árabe.
Este magnífico mirador lo
constituye La Plaza de La Provincia en donde destaca también la imponente
estructura de La Iglesia de Santo Domingo.
Es Renacentista y está
unida a las dependencias del Convento y Claustro de San Blas.
Continuamos nuestro paseo
por delante del Monasterio-Convento de Belén.
Y sin dejar atrás La
Ermita de La Soledad dimos por acabada la jornada.
En la que disfrutamos
plenamente de Cifuentes y su rico patrimonio artístico.
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