Y esta semana desde El
Blog Grupo de Andainas Rías Baixas os proponemos una visita al pasado, aquí muy
cerquita de nuestra ciudad.
Es una ruta cortita, ideal para caminar con toda la familia, y que
nos lleva a conocer Los Molinos de Batán y El Castro Das Croas en la parroquia
de Salcedo.
Comenzamos con el pasado
más remoto, visitando el lugar en donde se encuentra el llamado Castro das
Croas, un asentamiento antiguo, dentro
del fenómeno castrexo que puede tener cerca de 2.700 años. Seguramente el único
castro prerromano del concello de Pontevedra. En él podemos ver,
aflorando a ras de suelo, las estructuras de las casas de los primitivos
moradores de estos parajes.
Y lo que nos llama poderosamente
la atención son los restos de la impresionante muralla pétrea, que servía para defender el recinto.
Y continuamos con el pasado
algo más reciente acercándonos al pie del castro, un lugar bañado por las aguas
del regato Batán o Cubeiro y en donde se encuentra una serie de molinos que
merece la pena conocer.
El paraje ha sido
acondicionado y presenta tramos con pasos de madera recientes para moverse sin
sobresaltos.
Pero lo que realmente
emociona es descender los peldaños de piedra, desgastados por el uso y el paso
del tiempo y pensar que estás paseando por el mismo sitio que no hace realmente
tanto, otras personas realizaban la faena de acarrear y moler el grano para
transformarlo en harina.
Si tenéis suerte y el regato no lleva mucho caudal podéis cruzarlo para continuar caminando. Nosotros retrocedimos unos metros para acceder a la otra orilla desde donde podemos contemplar una bonita perspectiva del conjunto de molinos y el río.
Seguimos la caminata
rodeando el Castro das Croas por un bonito sendero teniendo el río a nuestra
izquierda en un primer momento.
Si tenéis suerte y el regato no lleva mucho caudal podéis cruzarlo para continuar caminando. Nosotros retrocedimos unos metros para acceder a la otra orilla desde donde podemos contemplar una bonita perspectiva del conjunto de molinos y el río.
Después, ya para cerrar
el círculo, retornamos con el paisaje de fincas cultivadas como telón de fondo.
Y fue testigo de todo ello un incompleto cruceiro, con una misteriosa inscripción, justo a la entrada del castro.
Por cierto que si os
acercáis por allí, os cuento que aquel, es un lugar mágico, y que puede ser
que os encontréis con La Moura que la leyenda sitúa en estos parajes y que
aparece sentada en este "penedo", peinando sus largos cabellos con peine de oro y
que es la clave para encontrar su fabuloso tesoro.
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Y fue testigo de todo ello un incompleto cruceiro, con una misteriosa inscripción, justo a la entrada del castro.
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