La caminata que presentamos esta semana en El Blog Grupo De Andainas Rías Baixas, se realiza sobre tierras de Ponte Caldelas.
En principio teníamos
pensado realizar la senda conocida como “Valgada de San Vicente” que tiene como
protagonista este pequeño regato y los parajes bañados por sus aguas.
Para ello partimos muy
tempranito de La Iglesia de Santa Eulalia, divisamos las vistas desde La
capilla del Sagrado Corazón, atravesamos Gradín, en donde nos sorprendió
gratamente un conjunto de vistosos hórreos y tomamos la senda al pie de un
cartel ilustrativo indicando el “camiño da presa”.
Y es ya desde ahí que
comenzamos a sentir en nuestras piernas que el sendero no está en buenas
condiciones para el caminante, pero como simplemente eran helechos estorbando
un poco el paso, decidimos continuar.
Pero llegó un momento que la ruta estaba
tan cerrada de vegetación añadiéndose tojos, zarzas y otras variedades que se
hacía imposible continuar caminando por aquellos derroteros. Así que decidimos retrodecer
unos metros y tomar otro rumbo.
Y la verdad es que la suerte nos acompañó
y enlazamos con el “camiño do carro” en donde marchamos por un bonito paraje, inicialmente
por zona empedrada, más tarde por senda de tierra, siempre a la sombra de una
bonita carballeira y con el sonido de las aguas del río acompañándonos.
Un lugar con mucho
encanto en donde disfrutamos de la tranquilidad y el sosiego proporcionado por
la vegetación y por todo el agradable ambiente resaltado por rocas curiosas que
nos presentaban su superficie resguardada por la misteriosa capa verde del
musgo sempiterno.
Pero en nuesta mente
continuaba el poder ver todo lo que el concello de Ponte Caldelas publicita en
el folleto explicativo de la valgada y procuramos enlazar con ella. Así, aunque
nos fue del todo imposible acceder a las pozas allí reseñadas por las pésimas condiciones de la vía, sí conseguimos llegar hasta dos de los molinos que allí se
encuentran, cuya visión pétrea y majestuosa, allí en medio de la valgada, ya alegró el ánimo
de los caminantes.
Una visita que también os recomendamos. Magnífico
el panorama que podemos ver en el llamado Nabal de Martiño. Impresiona pensar
que es prácticamente el mismo que contemplaban nuestros ancestros mucho tiempo
atrás.
Ya en el recinto,
caminamos parte del recorrido oficial, bien valizado, a veces sobre pasarelas
de madera sobre todo cuando estábamos cerca de algún petroglifo. Numerados, y bien
señalizados, se localizan fácilmente. Los gráficos al pie de cada uno nos
ayudan a visualizar las figuras de ciervos, caballos, seres humanos,
trisqueles, etc, allí grabados por nuestros artistas de La Prehistoria en lugares como Coto Da Siribela, Laxe Das Cruces, Coto Das Sombriñas y otros.
Y de allí nos dispusimos
a retornar al lugar de inicio de la caminata, apreciando ricos y variados elementos de la arquitectura gallega destacando un gran hórreo en Tourón
y volviendo a sorprendernos en una
encrucijada de caminos cerca de Gradín con la figura de un sencillo cruceiro allí
emplazado.
Llegados a la meta,
acompañados por el zumbido de los abejorros que libaban el néctar de las flores
de un árbol cercano, nos dominaba una rara sensación por no haber caminado por
donde inicialmente teníamos previsto, pero también contentos, pensando que aún siendo
improvisada, al final resultó una ruta bonita, tranquila e interesante. Lo que
nos lleva una vez más a pensar que en nuestra Galicia todos los caminos tienen su
encanto.
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Caldelas me suena familiar por el Balneario de Caldelas. Es uno de los balneario galicia que hemos visitado con anterioridad.
ResponderEliminarPor lo que veo la Caldelas de que tú hablas es Caldelas de Tui, como su nombre indica, cerca de Tui. Sin embargo ésta de esta ruta es Ponte Caldelas, cerca de Pontevedra. Antes también contaba con un afamado balneario. Infelizmente ya no existe... ¡Una pena!
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