En esta nuestra 4ª Etapa del Camino Francés a Santiago caminaremos desde Puente La Reina hasta Estella.
No muy lejos nos reciben las desgastadas esculturas de la monumental portada de La Iglesia de Santiago.
Paseamos por La Calle Mayor estrecha y pintoresca con casas de piedra, que nos lleva a La Puerta de La Carnicería.
Que nos lleva hacia El Río Arga cuyas aguas cruzamos gracias al Puente Románico que da nombre a la localidad. Elegante y sobrio, con perfil de “lomo de asno”, en sus 7 arcos de medio punto se abren unos arquillos, que lo aligeran y permiten que el agua discurra cuando el río va crecido.
Continúa el peregrino rodeado de la vegetación de la zona quejigos y cultivos, pastizales, matorrales y pinos de repoblación.
Seguimos camino por entre viñedos y grandes extensiones de terreno al tiempo que vamos atisbando nuestro siguiente objetivo.
Además todavía se conservan restos de la época romana, como El Puente y La Calzada Romana de Cirauqui por los que transita La Ruta Jacobea.
Algún puente aquí y otro puente allá nos ayudan a sortear algún que otro regato de más o menos caudal.
Cuando nos damos cuenta estamos ya en Lorca con La Iglesia de San Salvador del S. XII.
Así arribamos a Villatuerta. Por allí discurre El Río Iranzu, afluente del Río Ega, que sorteamos por un precioso Puente Románico.
Sin dejar atrás La Iglesia de La Asunción ni La Ermita de San Miguel que atisbamos en la lejanía a la salida del pueblo.
El rumor del agua del Río Ega nos acompaña de nuevo durante un largo trecho mientras seguimos cruzando puentes y conociendo elementos artísticos que jalonan la ruta.
Antes de llegar a nuestro destino, la localidad de Estella. Allí, La Iglesia del Santo Sepulcro nos da la bienvenida con su impresionante portada del S. XIV en Estilo Gótico.
No dejamos atrás El Puente De La Cárcel construido en piedra y diseñado con un sólo arco que le da un aspecto picudo, de ahí que también se le conozca como “Puente Picudo”.
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