Esta es nuestra 3ª Etapa por El Camino Francés a Santiago que nos lleva desde Pamplona hasta Puente La Reina.
Nos despedimos de Pamplona teniendo como marco La Plaza
Consistorial en la que destaca El Ayuntamiento. Data del S. XVIII y en su
fachada se mezclan El Barroco tardío y el Estilo Neoclásico con elementos del
S. XX.
Seguimos por La Calle Mayor encontrándonos La Iglesia de
San Cernín o San Saturnino. Posiblemente levantada sobre un templo romano
ejerció también de fortaleza militar y defensiva como delatan sus altas torres
y sus poderosos muros.
Nos llamó la atención la fachada plenamente barroca
del Palacio de Ezpeleta, del S. XVIII con motivos alusivos a la actividad
militar de sus primeros propietarios y en donde la mitológica sirena también
tiene cabida.
Y ya nos vemos en La Plaza Recoletas, o Plaza de Los Ajos,
en la que destaca una Fuente del S. XVIII con forma de obelisco.
A su frente se eleva La Iglesia de San Lorenzo que
alberga La Capilla de San Fermín. Desde esta iglesia comienza cada 7 de julio la
procesión de San Fermín.
En sus inmediaciones encontramos El Portal de San Nicolás
recreación barroca de un arco del triunfo, que en su origen fue uno de los seis
puntos de entrada en la ciudad amurallada.
Y su gemelo, El Portal de la Taconera, construido en 1.666
como parte del nuevo recinto amurallado de Pamplona.
Vamos dejando atrás la urbe y nos topamos con El Río
Sadar que salvamos caminando sobre El Puente Medieval de Iturrama en
mampostería y sillería, de posible origen romano.
El peregrino se va acercando a Cizur Menor. Ya de lejos
avista La Iglesia Sanjuanista del S. XII antiguo monasterio dedicado a San
Miguel Arcángel.
También La Iglesia de San Emeterio y San Celedonio del S. XII. A lo largo del tiempo ha sufrido diversas transformaciones. Conserva la portada románica, resguardada bajo un pórtico, con arco de medio punto y un crismón en el tímpano.
Sigue el peregrino la huella dejada por otros a lo largo
de la historia del camino con campos de cultivo a los lados delimitando su
espacio.
Algún que otro
arbolillo surge de vez en cuando para aliviar con su sombra los rigores de los
rayos solares en días ardientes.
A veces llevamos la vista hacia la lejanía en donde
languidecen algunos de nuestros bienes patrimoniales como El Señorío de
Guenduláin, antiguo castillo-palacio, con elementos defensivos de final de La
Edad Media. Forma conjunto con la abandonada Iglesia de San Andrés, del S. XVII.
La visión del caminante se expande hacia la lontananza en
donde además de los sempiternos campos, van surgiendo nuevos lugares que
visitar.
Arribamos así a Zariquiegui en donde visitamos La Iglesia
de San Andrés. Con origen románico de finales del S. XIII presenta un
pórtico embellecido con motivos vegetales y con un gran crismón en el tímpano.
Interesante también El Retablo Mayor romanista.
Toca ahora emprender una subida que nos llevará a uno de
los grandes hitos de la etapa y que conviene tomar con calmita echando un ojo
al paisaje que nos rodea.
Y henos ya por fin en El Alto del Perdón, cumbre de la
jornada de hoy. Situado a 770 m de altitud, es un mirador natural de
excepcionales vistas panorámicas. En él destaca El Monumento al Peregrino,
grupo escultórico en tamaño natural, obra de Vicente Galbete.
Muy cerquita se erige El Memorial de Las Fosas del Perdón
obra de Peio Iraizoz. Formado por piedras agrupadas a modo de Cromlech que
simbolizan el reconocimiento y reparación de las 92 personas asesinadas en la Sierra del Perdón durante los años 1936 y 1937.
El peregrino a continuación afronta un sinuoso descenso
caminando sobre terreno pedregoso por un estrecho sendero que obliga a desfilar
de uno en uno.
De repente Uterga surge ante nosotros con la torre de La
Iglesia de La Asunción, gótica del S. XVI destacando en su estampa lejana.
En un pispás nos encontramos recorriendo Muruzábal. Nos
detenemos en La Iglesia de San Esteban de origen gótico. Su pórtico, de tres
arcadas, protege un portal con capiteles de temas florales. Fijaos en su torre
de planta cuadrada coronada por una linterna.
A la salida de la localidad nos recibe La Ermita de San
Salvador. Presenta una portada de medio punto con escudo gótico del S. XVI. Los
muros son a base de sillares, mientras los contrafuertes y los arcos son de
ladrillo, excepto el de cabecera, también de sillar.
No dejéis de pisar sobre “Un Camino” de Patxi Aldunate y
Pepe L. Tazón para señalar la unión de los caminos que van a Santiago y la
huella que el peregrino ha dejado en estas tierras.
Y justo a la entrada de Puente La Reina toca poner fin a
la etapa charlando con El Peregrino de más de 2 m y 47 años, obra de Gerardo
Brun, que nos recibe en el punto en el que confluyen las rutas que nacen en
Roncesvalles y Somport. «Y desde aquí todos los caminos se hacen uno».
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