Hace unos días nos dimos un paseo por Ledesma, villa de La Provincia de Salamanca situada sobre una colina granítica y bordeada por El Río Tormes.
Declarada Conjunto Histórico Artístico en
1975, cuenta con un rico patrimonio arquitectónico y etnográfico. Nada más
llegar conocemos lo que queda de su Castillo de traza trapezoidal
irregular, y mandado construir en el S. XII por El Rey Fernando II de León.
Realizado en piedra de sillería y sillarejo,
presenta dos torres en la portada sur y la base de la torre del homenaje hacia
el norte.
Fue profusamente reformado y lo que hoy
se nos muestra es una mínima parte de lo que fue. Fijaos en su puerta oriental en
donde campea el escudo original de Ledesma, procedente de la desaparecida
Puerta del Puente.
Seguramente también os llamará la atención “El Verraco”
que figura en la explanada exterior del castillo. Una mole de granito con su
cabeza amputada, del S. VII A. C., que primitivamente se encontraba a la entrada
del Puente Viejo y de estructura similar a un cerdo, con atributos femeninos.
Poco después arribamos al enclave de La Iglesia
de San Miguel convertida en El Centro de Interpretación
Histórica de Ledesma. Allí, utilizando distintos medios, conocemos que Ledesma
en época romana se llamó, Bletisa, una ciudad con cierta
relevancia de La Lusitania.
Originariamente Románica conserva de este
estilo artístico el ábside semicircular. Posteriormente sufrió constantes reformas entremezclando estilos Gótico, Renacentista, Barroco y Neoclásico. No paséis por alto el impresionante
Retablo en madera vista, tallado por Miguel Martínez en 1767, que
preside La Capilla Mayor.
Continuamos callejeando encontrándonos con diferentes
casas que atraen nuestra mirada. Como La Casa de los López Chaves. Destacan
sus balcones y galerías que la embellecen sobremanera.
No puede faltar La Casa De Padua. La reja exterior permite contemplar un patio interior de diseño italiano.
Aquí giramos a la izquierda y vamos en busca de
La Puerta de San Nicolás, única de las ocho puertas de
la muralla de Ledesma que se ha conservado. Construida a finales
del S. XII, a base de sillar y sillarejo, dos cubos cilíndricos rodean la
puerta de acceso de dos arcos de cañón peraltados sobre impostas.
También se le llama Puerta de Los Mártires pues, según la leyenda, aquí, en el año 745, el
jefe musulmán de la villa mandó quemar a su hijo por convertirse al
cristianismo, así como a los clérigos que lo habían bautizado.
A su vera El Mirador del Adarve nos ofrece
bonitas perspectivas del entorno de la villa.
Y, si sois observadores, no dejaréis atrás este
bonito rincón completando la belleza del paraje.
Volvemos sobre nuestros pasos y por La Calle
Trucos atravesamos el imponente Arco de la Torre, que aparece ante nosotros para
acceder a La Plaza Mayor, que alberga edificios realmente pintorescos.
Destaca La Iglesia de Santa María comenzada a construir en el S. XII en estilo Románico final y verdadera joya del gótico hispano-flamenco o isabelino, por sus enormes dimensiones en piedra granítica. Fue declarada BIC en 2002.
Atesora una amplia muestra de retablos, sepulcros, esculturas como un Crucificado del S. XIV, lienzos y custodias en su interior. Es relevante el Sepulcro del infante Don Sancho de Castilla el de la Paz, nieto del rey Alfonso X el Sabio y Señor de Ledesma.
También La Casa Consistorial, antigua Casa del Corregidor,
del S. XV con planta rectangular y aspecto casi de
fortificación.En la segunda planta muestra una balconada de
cuatro arcos de medio punto sobre columnas dóricas de 1584, cubiertas por
vidrieras realizadas en 1889 por José Delclaux.
Allí mismo encontramos
El Arco de los Roderos y El Palacio de Beltrán de la Cueva que data del S. XV. Su fachada de sillería de piedra granítica, luce varios escudos.
Traspasamos el arco
para arribar al lugar en donde se ubica La Antigua Alhóndiga, que se utilizó para auxiliar al pobre en época de escasez. En la
fachada, la puerta principal está franqueada por dos escudos de armas de la
villa y una inscripción.
Al poco nos encontramos con un espléndido
mirador sobre El Río Tormes que baña estas tierras. Sobre sus aguas surgen las
imponentes estructuras de los dos puentes de acceso a Ledesma.
Uno de ellos, El Puente Viejo, se supone de base
románica. De esa época serían dos arcos ojivales de los cinco con los que
cuenta la construcción.
No dudéis en perder unos minutos y disfrutar
plenamente de las azules aguas del Tormes y todo el paisaje que lo rodea.
Muy cerca encontraréis
El Hospital de San José de estilo Neoclásico, utilizado
para atender a la gente pobre. En su fachada encontramos esculpidos La Sagrada
Familia y los escudos de Rodríguez de Ledesma y Nieto.
Continuamos
callejeando entre bonitos y antiguos caserones de piedra como el edificio del
Casino de Ledesma, Antigua Sede de la Orden de Malta, edificio de finales del S.XV
realizado en sillería con un gran arco y tres balcones, uno de ellos bajo un
curioso alfiz.
O La Casa de Las Almenas. del S. XV en cuya portada de sillería y sillarejo encontramos
un arco con dovelones de la época de Los Reyes Católicos, balcones superiores y
escudos de varias familias nobles de la época.
Durante el recorrido
nos damos cuenta de que Ledesma contó
con un Recinto Amurallado que llegó a tener 8 puertas, y cuyos vestigios
vamos encontrando aquí y allí animándonos a un paseo tranquilo y lleno de
emociones.
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