Este es uno de los
lugares emblemáticos de Liérganes, Cantabria, por donde estuvimos paseando no
hace mucho Los Senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas.
Es un paraje por donde
transcurre El Río Miera bajo las aguas del mal llamado Puente Romano pues fue construido allá por el S.
XVII con piedras extraídas del propio río.
Con un espectacular arco
sobre el Miera, fue reconstruido sobre otro presumiblemente medieval.
Cerca descansa un
otrora molino, ahora dedicado a Centro de Interpretación del Hombre Pez.
Y es que Liérganes está muy ligada a La
Leyenda del Hombre Pez cuya figura se puede ver allí pegadita al Río Miera y al
Puente añorando sus días nadando libremente.
Se trata de Francisco de la Vega Casar y su
leyenda se remonta al S. XVII cuando se le da por desaparecido en el Miera. 5
años después, aparece enredado en unas redes de pesca nada menos que en Cádiz.
Casi no habla y solo pronuncia la palabra
“Liérganes”. Una vez deducido que se trata de la localidad cántabra lo envían
allí, volviendo a desaparecer en el río años después.
Acercáos y deteneos en su figura, veréis el
detalle de sus manos y las escamas en su espalda.
Dejamos atrás el idílico paraje y vamos a
conocer las casonas populares de Liérganes.
Muchas de ellas en La Parte Vieja, El Mercadillo,
declarada Conjunto Histórico-artístico.
Entre ellas La Casa Rañada Rubalcaba del S.
XVII reedificada por Don Juan de la Rañada, Familiar del Santo Oficio de la
Inquisición.
La casa
de La Portilla asimismo reedificaba en el S. XVII.
Y esta otra del S. XIX, con sillares de
cantería al modo tradicional, pero con vanos amplios y remates abuhardillados
que le dan un especial encanto.
No os perdáis La Plaza del Marqués de
Valdecilla con todas sus maravillas.
Que fotografiamos en las más insospechadas posturas.
En ella veréis La Casa Cuesta Mercadillo con
una preciosa solana.
También destaca La Casa de los Cañones o Casa
de los Cantolla, mandada construir por Domingo de la Cantolla, Secretario de la
Inquisición, en el S. XVIII.
La reconoceréis fácilmente por sus piedras
ennegrecidas y los cañones de cada esquina.
También os gustarán las casonas alrededor de
La Plaza de Vitote. Dos son del S. XVII con arcos de medio punto y bellos
escudos.
Fijáos en La Casa de Domingo Barquinero
Hermosa, del S. XVII, dividida en dos partes unidas por un gran escudo esquinado.
Y las demás tampoco desmerecen el entorno, con
sus solanas y vanos adintelados.
Por esto y aslgunas cosas que descubriréis
paseando por allí resultó un paseo genial.
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