Los caminantes del Blog
Grupo de Andainas Rías Baixas nos acercamos hasta Santillana Del Mar en
Cantabria.
Da gusto pasear por sus
calles empedradas, pues toda ella es un museo al aire libre.
Las casas de piedra nos
llaman la atención poderosamente. Algunas con nombres llamativos como La Casas
del Águila y de La Parra.
Delante de ellas un
bisonte homenajea a los de la cercana Cueva de Altamira.
En La Plaza Mayor además
de La Casa Consistorial, encontraréis El Parador Nacional
Gil Blas, o Casa de Barreda-Bracho, barroca del S. XVII y otras
bonitas construcciones.
Admiraréis La Torre de
Don Borja con escudos en su fachada y un doble arco ojival.
También La Torre del
Merino, considerada una de las construcciones más antiguas ya que data del S. XV
haciendo esquina con La Calle de Las Lindas por donde pasa El Camino a Santiago.
Continuamos por las
bulliciosas Calles Cantón y Del Río dedicadas al comercio y a la hostelería. Fijaos
en La Casa del Marqués, en la que vivió El Marqués de Santillana.
No paséis por alto los
arcos de la barroca Casa de Los Hombrones, y si os fijáis en su escudo ya sabréis
por qué lleva ese nombre.
También imponente el
blasón de La Casa de Quevedo y Cossío. En donde además sobresale el túnel con
arcos de piedra que servía de desagüe al riachuelo que dio nombre a la calle.
En sus inmediaciones un
antiguo abrevadero pone la nota bucólica a la ruta.
Y ya arribamos al emplazamiento que cobija la joya de este paseo:
La Colegiata de Santa Juliana del S. XII, la más importante
de las manifestaciones del Arte Románico en Cantabria.
Os gustará su fachada principal con un arco de
medio punto rodeado de arquivoltas con un friso que representa al Pantocrátor y
una hornacina con Santa Juliana.
Y no os debéis perder el magnífico claustro cuyos
capiteles muestran elementos florales, geométricos y escenas de La Biblia.
Ni el interior con su retablo, una pila
bautismal de una sola pieza representando a Daniel en el foso de los leones, y
un pantocrátor que todavía conserva parte de su policromía.
Aunque todo el exterior bien merece que deis
una vueltita.
Alrededor de la colegiata
seguirán impresionándonos los bonitos edificios.
Destacando la melancólica
figura del Palacio de Los Velarde, renacentista del S. XVI.
Continúa el viajero su
camino callejeando por calles casi medievales y en donde el arte, la piedra, la
madera y edificios con encanto siguen siendo protagonistas.
Y que os invitamos a
visitar para que experimentéis en persona la magia de Santillana del Mar, la
villa de las tres mentiras: ni es santa, ni llana ni tiene mar.
CLICAR AQUÍ Y VER TODAS LAS FOTOS DE LA CAMINATA
No hay comentarios:
Publicar un comentario