Los senderistas del Blog
Grupo de Andainas Rías Baixas tuvimos el privilegio de tocar las aguas de esta
maravilla.
Para ello nos desplazamos
hasta Entrimo, Ourense, más concretamente hasta El Área recreativa de As
Perdices, en sus cercanías.
E, inicialmente, a través
de un bonito sendero, nos decidimos a seguir fielmente las indicaciones de la
ruta señalizada como “Fervenzas do Val do Pacín”.
Y, para nuestra regocijo,
en seguida nos llevan hasta una pequeña laguna con su cascadita, que recibe el
nombre de Os Cirolos.
Este primer momento se
completa con camino retorcido y un puente de ensueño sobre las tranquilas aguas del Río Pacín,
afluente del Río Limia.
Y que sin duda alegra el
ánimo de los caminantes.
Las señales nos llevan
más tarde por una amplia pista que va ascendiendo paulatinamente.
Y que se encuentra
adornada por diversos elementos puestos ex profeso por la mano del hombre.
También La Madre Naturaleza contribuye a
embellecer la zona. En esta ocasión con diversas manifestaciones rocosas más o
menos agrupadas y con distintas siluetas que incentivan la imaginación del
caminante.
Algunas tienen nombre
propio y desde luego no falta una "Piedra Cabaleira" que se puede apreciar
desde distintos lugares.
No debéis perderos El
Castro De Os Castelos, un poblado castrexo, seguramente ocupado en el primer
milenio antes de nuestra era.
Allí podemos ver un
recinto fortificado con construcciones circulares rodeadas de bolos graníticos
naturales.
Seguidamente por un sendero
estrecho, lleno de encanto, nos encaminanos al emplazamiento del Castelo Da Pía
da Moura.
Al parecer se trata de un
antiguo asentamiento fortificado en el que en tiempos hubo un castillo.
El lugar está coronado
por un gran bolo al que los más valientes no dudan en subir.
No dejéis de ver La Pía
da Moura, un aljibe en la parte superior de lo que sería el castillo. La leyenda
dice que fue una moura quién lo colocó allí, de ahí su nombre.
Pero es que además desde
su ubicación se obtiene una fabulosa visión de todo lo que hay alrededor, río
Limia incluído.
Continúa el viajero su
periplo caminando siempre en un entorno que parece encantado, siempre adornado
con bolos.
Hasta hay un Penedo das
Letras que para mí tiene mucha semejanza con un perrito.
De momento la senda es fácil de andar con
piso de tierra, a veces alfombrado de hojarasca arbórea.
No falta la parte de
arquitectura religiosa cuando arribamos a la apacible área en que se encuentra
La Ermita de San Bieito.
En donde el senderista
puede tomarse un descansito a la par que contempla la cadena de montañas que se
extiende en el horizonte.
Retomando la marcha vamos
de camino a Queguas que divisamos allá en la lontananza.
Antes de llegar al
pueblito nos espera un ligero descenso y una bucólica escena con puentecillo de
madera incluído.
A su vera descansan dos
molinos ahora acompañados únicamente por el rumor del agua al pasar y el canto de
los grillos.
En Queguas, a la que
llegamos después de una subidita, nos vino muy bien refrescarnos con las aguas
de esta fuente.
Lo mismo hicimos en
Venceáns, la siguiente localidad.
En donde nos enamoró esta
sencilla capilla.
Y la hermosa decadencia
de los hórreos.
La ruta se va pareciendo
a un tobogán con continuas subidas y bajadas, siempre por lugares llenos de
belleza y con sorpresas como esta fantástica calzada empedrada.
Adentrados en La Carballeira
de Vilar toca ahora un vertiginoso descenso que pone alas en los pies de los
caminantes.
Y todo porque queríamos
llegar al momento cumbre de la caminata: El Pozo Caído.
Toda una maravilla: Una escondida
laguna formada por las aguas del Río Pacín que bajan deslizándose en cascada.
Hace muy poco han
acondicionado un coqueto mirador para poder contemplarla a gusto y sin
cansancio.
No lo dudéis acercaos y
contemplad de cerca O Pozo Caído!
CLICAR AQUÍ Y VER TODAS LAS FOTOS
As melhoras para o jose.
ResponderEliminarE que volte em breve para as caminhadas. Aquele Abraço