La silueta del Monte
Louro va a estar muy presente en la caminata que os pasamos a relatar.
Una caminata que
iniciamos en un pinar lindante con La Playa de
Ancoradoiro/ Lariño desde donde se vislumbraba El Faro de Lariño.
Ya desde los primeros
pasos contamos con unas vistas privilegiadas con El Océano Atlántico y La Playa De
Ancoradoiro como protagonistas.
No queríamos perdernos
ninguna de las maravillas que La Naturaleza nos ofrece en este bonito rincón de
nuestra Tierra Gallega.
La azul inmensidad del
agua salada y el verde de la vegetación contrastaban entre sí.
Y surge ya ante nosotros
la característica doble joroba del Monte Louro desafiante en la lejanía.
Una solitaria cruz es
testigo del encuentro entre el caminante y el gigante emergiendo del mar.
¿Por qué será que este
lugar se llama Ancoradoiro?
Sin respuesta, comenzamos ya
a caminar directamente sobre La Playa de Area Maior o Playa de Louro.
Pisa el caminante fina y
blanca arena.
No dudamos en acercarnos
hasta la misma orilla en donde las olas venían a morir mansamente.
Hay un momento en que nos
aproximamos al complejo dunar allí existente y nos encontramos con esta rústica
cabaña con su bandera como señal.
Hay una senda sobre la
que pisar y desde la cual el caminante se siente observado por el imponente vigilante de la entrada de La Ría
de Muros y Noia.
En ocasiones el suelo que
pisamos es arenoso, desprovisto de vegetación pero siempre en un entorno de
ensueño.
También hay momentos en
que nos deslizamos sobre roca lo que nos indica que estamos al final de La Playa de
Area Maior.
Deteneos unos instantes, escuchad
el son que nos trae el líquido elemento y jugad a adivinar qué elementos están
escondidos en la piedra.
La grandiosidad del mar
se junta con la del cielo en un azul de distintas tonalidades aguzando más si
cabe la blancura del arenal.
Muros de piedra, pinos y
matorral bajo componen ahora el paisaje del paseo.
Pero siempre permitiéndonos
mantener en el punto de mira la belleza del entorno.
Cada vez nos aproximamos
más al Louro cuya masa granítica seguro que sabe de muchos naufragios ocurridos
por estos pagos.
Por eso se erigió en sus cercanías
un faro para servir de ayuda y orientación a los marineros que por aquí faenan.
Es El Faro de Louro, que
claro está, se encuentra en un enclave realmente privilegiado.
Desde el cual se extiende
ante el visitante la gran inmensidad salada y mucho más.
Vamos ya iniciando el
retorno y lo hacemos pisando nuevamente el suelo arenoso de las dunas que bien
puede confundirse con el de la playa, pero no lo es.
Y resulta que, además de
todo lo que os he contado, por aquí se extiende La Laguna de Louro, también
llamada Laguna de As Xarfas.
Un complejo y completo
ecosistema en donde se vienen a posar las garzas y otras aves. Como este año está siendo muy
seco y había poca extensión de agua, caminamos sobre lo que sería el lecho de
la laguna y nos pudimos acercar a observalas.
Había momentos en que
parecía que estábamos en pleno desierto, con un pequeño oasis.
Y ya tocaba ir dejando todo
eso atrás y retornar al origen de la caminata.
Pero siempre bajo la
mirada del Louro.
Que contemplamos desde
distintas perspectivas.
Con algunos bañistas
aprovechando los rayos del astro rey.
Todo el conjunto está
considerado como Lugar de Interés Comunitario y, como veis, cuenta con numerosos
aspectos para pasar un día feliz y muy entretenido.
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