Hay veces en que podemos
ver las cosas desde las alturas, a vista de pájaro… ¡Y sienta tan bien!
La caminata que lleva
a los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas hasta allí comienza en El Área Recreativa de El Coto Del Águila en Trasmañó,
Redondela.
Está muy cerca el
invierno y las heladas de la noche se dejaban notar sobre el suelo por donde pisábamos.
A medida que vamos
caminando Las Islas Cíes, envueltas en bruma y custodiando la entrada de La Ría
de Vigo, van despertando de su sueño y se hacen visibles para el caminante.
También el sol quiere
acompañarnos y se asoma tímidamente entre los árboles.
Es un sendero estrecho,
tranquilo y sosegado.
Enseguida llegamos al
lugar en donde nuestros ancestros nos dejaron muestras de su buen hacer artístico
en piedra. Los Petroglifos de Chan Da Cruz.
Y algo más adelante no
podéis dejar atrás A Mámoa do Rei.
Impresionante monumento
megalítico del Neolítico.
Es una tumba colectiva, construida
con grandes piedras formando una especie de polígono, con una antigüedad de entre 4.000 a 5000 años, ¡nada
menos!
Sigue el senderista su
periplo entre pinares y bosques con distintas especies arbóreas mientras un
manto azul se va extendiendo por el cielo.
Llegamos así al Castro de
Negros situado en un pequeño cerro y desde donde tenemos una amplia visión de
La Ensenada de San Simón y poblaciones adyacentes.
Allí mismo podréis
relajaros en su área recreativa mientras contempláis algunas formaciones
rocosas curiosas con nombre propio, como A Cama da Moura, A Cama dos Rapaces,
etc.
Las acompaña la solitaria
silueta de un pétreo cruceiro.
Y toca seguir caminando pisando
húmeda hojarasca, entre vegetación variada a medida que el camino va serpeando y
descendiendo paulatinamente.
Al poco iniciamos un
ligero ascenso y nuevas formaciones rocosas se presentan ante nosotros.
Son indicios de que nos
estamos aproximando a nuestro objetivo. Y así es. Desde allí, El Puente de
Rande y La Ría De Vigo se ofrecen, magníficos, ante nosotros.
¡Ya sabéis dónde nos
encontramos! En lo alto del Campo da Rata, en Redondela.
Es donde se encuentra el
famoso banco.
¡Y desde luego el llegar
hasta allí merece la pena!
La panorámica es espléndida
y, si el día acompaña, alcanzaréis a ver las Islas de Los Dioses, Las Islas Cíes, veleros regateando en el azul océano y mucho más...
No faltan las bateas y La
Isla de San Simón en su ensenada.
Pero nada es eterno y
tiene el caminante que dejar atrás este espectáculo y seguir el plan previsto,
pero siempre con la belleza del paisaje como compañía.
De regreso al Coto Del Águila, en los charcos formados
por las lluvias caídas hace unos días se reflejaban las hayas, desnudas sus
ramas sin ropajes frente al rigor del invierno.
¡Pero esto no es todo! Aún
tuvimos tiempo de acercarnos hasta El Mirador allí situado.
Los azules del cielo y de
la masa de agua salada se entrecruzan, solamente divididos por las tonalidades de
montañas y poblaciones.
No está tan concurrido
como el mirador anterior y puedes sentarte tranquilamente a contemplar toda la
panorámica.
La estampa que tenemos
desde allí nos sirve para reafirmar nuestra idea de que vivimos en un auténtico
paraíso: Galicia.
Simplemente por el placer
de estar en medio de esta maravilla de La Naturaleza, ¡Ven y disfrútala!
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Profe as imaxes son preciosas, que pena non estar hai.
ResponderEliminar¡Hola, Irene! A verdade que as imaxes son bonitas, pero o mellor, sen dúbida e estar alí!
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