¡Fijaos qué estampa más
bonita nos hemos encontrado en una de nuestras últimas caminatas!
Para llegar hasta allí
nos desplazamos hasta la freguesia portuguesa de Vilar de Mouros iniciando
nuestro recorrido al pie de A Capela do Señor dos Passos.
Vamos transitando por
suelo más o menos urbano hasta que nos encontramos con un impresionante
puente.
Con tres grandes arcos
apuntados, se yergue sobre las aguas del Río Coura y se cree de origen
medieval, sobre los S. XIV, XV.
En sus inmediaciones
prestad atención a esta almiña.
Y estos pasos o poldras
sobre el río.
También un cruceiro y A
Capela de Santo Amaro.
Seguidamente nos
decidimos a seguir el río y ¡ es entonces cuando nos encontramos con esta aceña,
ahora restaurada, y que tan bonita se ve!
Cuenta con 4 ruedas para
mover el agua.
Y está cerca de un área
recreativa.
Que cuenta también con
playa fluvial en donde poder darse un buen chapuzón.
Dejamos atrás lo urbano y
el caminante lleva sus pies a través de un laberinto de caminos que zigzaguea
por un bosque variopinto.
Estamos en Portugal y a
nuestro paso salen de vez en cuando muestras de la religiosidad de estas
tierras.
Vamos ascendiendo
paulatinamente, sin pausa pero sin prisa con el suelo adornado de flores
coloridas.
Es una buena mañana y el
azul del cielo constituye un bonito telón de fondo para nuestra ruta.
La naturaleza es bella
por estos parajes y nuestros ojos se recrean en las vistas.
El Río Miño, Vilanova de
Cerveira y La Isla Boega que, según
de dónde la mires, tiene forma de corazón.
También alcanzamos con la vista la otra orilla, con imágenes de nuestra tierra gallega.
Continuamos subiendo pero
el paso y el ánimo de los senderistas son animosos.
Por fin llegamos a la
cumbre de la ruta de hoy, El Monte Góis, desde donde se contempla una amplia
perspectiva del estuario del Miño y mucho más que nos deja sin respiración.
Bajamos de nuestra
atalaya e iniciamos el descenso por caminos a veces llenos de vegetación.
Pero siempre rodeados de
belleza natural.
No solo vegetal y
paisajística, sino también animal.
No faltan las
manifestaciones artísticas realizadas por la mano del hombre. Nuestros
ancestros no dejaron estas muestras grabadas en piedra en los conocidos como
Petroglifos de Lanhelas.
No os perdáis el lugar en
donde se emplaza el Cruceiro da Independencia.
Porque desde allí podréis
contemplar más de cerca el río Miño y todas las tierras de sus dos orillas.
En definitiva una bonita
ruta para seguir disfrutando de la naturaleza.
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