El siguiente tramo del Camino
Portugués a Santiago que realizamos tenía como punto final Caldas de Reis e
inicio en Pontevedra con el marco incomparable del Puente del Burgo.
Las aguas del Río Lérez
estaban calmas y se convertían en un espejo en donde se reflejaban las farolas del
puente y los peregrinos con sus mochilas a cuestas.
Era muy temprano, la
ciudad estaba envuelta en niebla que apenas nos dejaba vislumbrar la silueta
del Puente de Los Tirantes en la lejanía.
Casi en seguida nos
adentramos en el atrio de La Iglesia de Santa María de Alba.
En donde charlamos un
ratito con el cura párroco.
Es una etapa bonita con
bastantes zonas boscosas.
En donde uno puede
perderse en solitario hablando con su yo interior.
Y hasta las cepas de las
viñas nos miran pasar mientras van madurando su fruto.
En algún momento el
camino coincide con las vías del tren que se hacen compañeras del peregrino.
Y que sorteamos cruzando
por los pasos apropiados para ello.
También pisaremos sobre
asfalto más de una vez pero la belleza proporcionada por la madre naturaleza
nos lo hace más llevadero.
Como siempre las inconfundibles
flechas amarillas serán nuestras consejeras en la dirección a seguir.
A lo largo del trayecto
contaremos con regatos, lavaderos y fuentes en donde poder refrescarnos.
No faltan los típicos hórreos
gallegos.
Y detalles religiosos
varios con capillas e iglesias y esta imagen grabada en la pared de una casa en San Amaro
que llama la atención de todos los caminantes.
Multitud de cruceiros
todos ellos impresionantes. Os destaco este detalle del cruceiro de Santa María
de Alba.
Y éste cerca de Tivo.
A la entrada de Caldas de
Reis os encontraréis La Iglesia de Santa María, de estructura románica, importante exponente del
arte medieval, que nos indica que nuestra meta está próxima.
Cruzaréis el puente sobre
El Río Umia.
Y, si tenéis suerte, seréis
recibidos por la banda de música y los cabezudos como nos ocurrió a nosotros.
No olvidéis remojaros en
la fuente de agua termal con propiedades curativas para problemas de piel.
En Caldas además podéis
visitar La Iglesia de Santo Tomás Becket, construída a finales del S. XIX
y dedicada a Santo Tomás de Canterbury quien también visitó la villa en su
peregrinaje hacia Santiago.
Y, sobre todo, acercaos hasta el puente romano sobre El Río Bermaña.
En donde descansamos al
pie de su cruceiro.
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