Este verano los
senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas hemos estado haciendo un
tramo del Camino Portugués a Santiago de Compostela.
Concretamente el trayecto
desde Tui hasta la propia ciudad de Santiago, para así caminar los km necesarios
para conseguir la deseada Compostela.
No nos olvidamos nuestra
credencial de peregrinos para ir sellando a cada paso y dejar constancia de los
lugares visitados en nuestro peregrinar.
Comenzamos nuestro camino
con una primera etapa desde Tui hasta Mos, al pie mismo del Puente
Internacional que une las dos orillas del Río Miño entre España y Portugal.
Era temprano. El sol asomaba
tímidamente. La mañana se presentaba apacible, con los árboles bajando a
lavarse al Miño en cuyo espejo se miraban coquetos nada más despertarse de su
letargo.
Al poco ya nos adentramos en
el casco antiguo de Tui en donde destacamos el entorno de La Catedral.
A lo largo de nuestro
peregrinaje son innumerables las veces que encontramos la sempiterna flecha
amarilla para indicarnos la dirección a seguir.
Pero hay gran variedad de
señales que nos ayudan en ese menester. Son tradicionales los mojones que nos
van indicando los km que nos separan de nuestra meta, con la también famosa
concha de vieira amarilla.
Y también van apareciendo
nuevas y simpáticas ideas para ayudar al peregrino, como esta imagen por las
calles de Tui.
El camino en sí es fácil
para el caminante, con momentos en que pasas bajo la sombra de los árboles.
Con tramos a pleno sol y
con asfalto pero que se ven animados por algún elemento que llama nuestra
atención.
Y hasta la vía del tren
se une a nosotros en varias ocasiones.
Se agradecen y mucho los
km que nos llevan por las orillas de pequeños regatos.
Y también los que nos
llevan cerca de terrenos cultivados y el líquido elemento dando el toque mágico
a la estampa.
Hay momentos en que el
camino sufre un overbooking y confluimos peregrinos de diferentes lugares y países.
Y otros más propicios
para el recogimiento interior y la meditación.
Aparte de La Catedral de
Tui, son varias las capillas o iglesias que nos vamos encontrando, como La Iglesia de Santo Domingo, La de San Bartolomé, La de La Virgen del Camino...
No faltan otras muestras
del sentir religioso de nuestra tierra, como los petos y los cruceiros, algunos muy elaborados
mostrando todo el arte de nuestros canteiros.
O simples cruces al borde
del camino.
Fantásticos varios de los
puentes que nos ayudan a pasar corrientes de agua, como este llamado “Puente De Las Fiebres”
relacionado con la enfermedad que aquí aquejó a San Telmo.
Y éste de Orbenlle.
Maravillosas las muestras de
nuestra arquitectura civil como nuestras casas de piedra, algunas de ellas con
escudos señoriales.
¿Y qué decir del encanto de nuestros
hórreos?
No faltan las fuentes en
donde poder refrescarnos y continuar con nuevos bríos.
Y llegar con ánimos a
nuestro primer destino cerca de La Iglesia de Santa Eulalia de Mos.
Ahora el peregrino descansa de la dura jornada... y mañana, ya sabes, si te encuentras con uno, con la mochila a la espalda, no olvides decirle: ¡Buen Camino! (Continuará.)
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