El Monasterio de Sanfins,
joya del Románico Portugués, se localiza en El Monte do Faro en Valença do
Minho.
Y hacia ese emplazamiento
encaminaron sus pasos los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas,
inasequibles al desaliento, una mañana que amenazaba tormenta y que aconsejaba
quedarse al calor de las sábanas.
Primeramente visitamos El
Monasterio de San Salvador de Ganfei, que nos recibía con un saludo ventoso y gélido
sobre nuestras cabezas.
Perteneció a La Orden
Benedictina, Su iglesia es románica, y su edificación se remonta al S. XII
sufriendo posteriores modificaciones en Los S. XVII y XVIII.
Iniciamos a continuación
una caminata que, entre pinares, nos va llevando casi siempre en ligera ascensión.
Hay momentos en que
percibimos el valle allá abajo, acompañando el pasar del Río Miño, con sus aguas
fuera de su cauce, inundando prados y demás tierras aledañas.
La visión de esta
solitaria cruz nos avisa y nos pone en alerta de que nuestro objetivo está
cerca.
La lluvia sabía que la
visita bien merecía la pena y quiso unirse a los caminantes.
Aunque finalmente desistió
de su propósito y nos dejó disfrutar plenamente de los tesoros escondidos en el Monasterio de Sanfins.
Mandado construír por San
Rosendo, también perteneció a la orden benedictina. La
construcción románica, que hoy todavía permanece en pie, data del Siglo XII,
aunque las obras se prolongaron hasta bien entrado el S. XIII.
Si os acercáis por allí prestad atención a los fantásticos detalles decorativos del
pórtico, de los capiteles y de los grabados de las piedras.
Os asombrará, como a nosotros, la espléndida
animación figurativa con temas vegetales variados y unas asombrosas imágenes
con figuras de animales en los canecillos, capiteles y dinteles.
También podréis pasear por las antiguas
dependencias monacales, y hasta os parecerá escuchar los cánticos de los
antiguos moradores de estos habitáculos.
¿Y qué me decís de estos arcos? ¡Sencillamente
fantásticos!
Y no dejéis de pasar bajo el arco del
imponente acueducto que allí se encuentra.
También merece la pena un paseo por el bosque
que circunda estas gloriosas ruínas que quedarán para siempre en nuestra
memoria.
Y ya va el caminante iniciando el camino de
regreso y lo hace tomando contacto con la ecopista situada sobre el ramal
ferroviario que ligaba Valença y Monção. Desactivado hace unos años está
destinado a cicloturismo y paseos peatonales.
Todavía se mantienen en pie los edificios de
los antiguos apeaderos que ponen una nota pintoresca y de añoranza de épocas
pasadas.
Allí muy cerca, al alcance de la mano tenemos las
aguas del Miño, viñedos y campos cultivados...
En frente, La Fortaleza, y, si miráis hacia
vuestra derecha, tendréis una prolongada y bonita visión de Tui. Ese día, y
debido a la niebla existente, surgía ante el caminante cual fantasmal figura
apareciendo de la nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario