El río Olo nace en La Sierra do Alvão y se precipita formando una de las mayores cascadas de Portugal y de Europa.
Sus aguas fueron
excavando la roca a lo largo de los siglos y han ido formando unas grietas en
ella. De ahí el nombre “fisgas” que en portugués es sinónimo de grieta o
hendidura.
Pero no sólo eso es lo
que vamos a ver allí, sino que a lo largo del recorrido existen una serie de
piscinas naturales que son una verdadera maravilla.
Para llegar hasta ellas
esta vez no hemos seguido un camino al uso sino que hemos ido literalmente por
el camino de las cabras, que son animales que abundan mucho por estos pagos.
Había veces que no se sabía
donde tocaba poner el pie en el paso siguiente, y otras, en las que aparecía una imitación de sendero...
Siempre en las alturas las
vistas eran impresionantes.
Por dos veces tuvimos que
cruzar el río por pasos improvisados pero siempre divertidos.
Y hasta hubo quien,
aprovechando el magnífico día que se nos presentó, no dudó en darse un chapuzón
en unas frescas y tranquilas pozas que encontramos en un remanso del río.
¡Acercaos hasta allí, disfrutaréis del placer de estar allí igual que lo hicimos nosotros!
¡Qué fantástico es el
desafío de La Madre Naturaleza!
E um abraço muito grande para a AARO, Associação dos Amigos do Rio Ovelha de Marco de Canaveses, Portugal que foram os organizadores fantásticos de este maravilhoso percurso! Muito Obrigada! É para repetir!!!
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