lunes, 21 de enero de 2019

Molinos Del Río Loira E Iglesia De Santo Tomé De Piñeiro

Esta semana conocimos al pequeño Río Loira que atesora en sus orillas un fantástico conjunto de antiguos molinos. 
Para ello nos dirigimos hasta la marinense localidad de Loira en donde comenzamos a caminar por entre sus floridas casas de piedra.
Allí mismo tomamos un primer contacto ruidoso y estruendoso con el río que allí cerca vierte sus aguas al Océano Atlántico
A partir de aquí será un continuo desfile de molinos con la más variada presencia lo que sucederá ante los ojos de los senderistas.
Los hay en estado más o menos ruinoso. Invadidos sus espacios por hiedras y matojos.
Pero que aún así nos dejan entrever la magia y el encanto de antaño. 
Y los hay que presentan un saludable y magnífico aspecto. 
Siempre emplazados en lugares que parece nos transportan a otras épocas. 
Y en donde el agua nos demuestra su energía y su poder, no en vano era quien hacía girar y girar las ruedas para la molienda.
Aunque a algunos tenemos que descubrirlos agazapados entre la flora del lugar.
Si os detenéis a observar, en las piedras de sus paredes podréis ver las marcas que sobre ellas dejaron los canteros. 
El caminante se deja llevar por la senda que va culebreando con el cauce del río, compañero ameno y cantarín. 
Que realmente sabe entretenernos salpicándonos con su gracia y salero.
Contribuyen a ello los pequeños saltos y rápidos de su lecho. 
 La arboleda, propia de ribera, nos ofrece una gran variedad de matices en sus troncos y ramas acompañados del suave chasquido del tapiz de seca hojarasca.
No desmerecen los pocos momentos alejados del líquido elemento. 
En la ruta nos encontramos también con lavaderos bien conservados.
No faltan las fuentes de fresca y cantarina agua.
Al Río Neivó, como se llama también el Loira, lo vamos a cruzar varias veces a lo largo del paseo. 
Para ello contamos con distintos medios. 
 Desde los clásicos puentes de piedra más o menos antiguos y fiables.
Hasta otros materiales, que nos hacen un avío, con tal de no mojarse los pies.   
Nuestra caminata nos lleva hasta La Iglesia de Santo Tomé de Piñeiro. De traza románica, se cree que formaba parte de un antiguo monasterio del S. XII
En su atrio, desde donde se obtienen bonitas vistas sobre la ría, se encuentra este cruceiro.
De vuelta hacia Loira divisamos a lo lejos la silueta de La Iglesia de Santa María do Campo, muestra del románico tardío. 
Pisamos la fina arena de la playa con forma de duna y recreamos la vista sobre la inmensidad azul del océano. 

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