lunes, 12 de julio de 2021

Hacia La Cascada Do Rexedoiro, Val Do Dubra

Esta bonita Cascada de O Rexedoiro la encontramos en tierras de Val Do Dubra

Iniciamos la caminata en El Campo “Da Feira” de Bembibre. Al principio entre campos cultivados acompañados ya de exuberante vegetación.

La senda va llevándonos entre castaños y otros elementos arbóreos. 

Caminamos muy cerca del Río Dubra, afluente del Río Tambre. Cuya sonoridad líquida va formando la banda sonora de las conocidas “Carballeiras do Dubra”.

En donde la mano artesana de La Madre Naturaleza nos deja variadas pinceladas de color.

Y también La Fuente de Augas Virxes, que mana agua con fama de milagrosa.

Muy cerca de La Capilla de San Juan Bautista y Santa Margarita, del S. XVII y restaurada en el S. XXI

Se encuentran en un paraje algo aislado en donde se celebraban concurridas romerías.

Continúa el senderista su periplo bajo la sombra amigable de frondosos robles. 

Hasta que llegamos a La Pontella de Rodis en donde El Regato de Rodis entrega su agua al Dubra.

La serenidad es la nota dominante en el ambiente mientras el senderista camina animadamente. 

Siempre con la compañía del Dubra cuyas aguas puede tocar en distintos momentos.

Más bullicioso encontramos Al Regato Do Porto o Regato de Portonabo despeñándose alocadamente en su búsqueda del Dubra del que es afluente. 

Y formando la también conocida como Cascada Da Ínsua, o Cascada de Gontar.

Un salto de agua de más de 10 m que los senderistas admiran durante buen rato.

El paseo nos lleva después a través de La Devesa de Gontar con el cielo luciendo azul en lo alto.

Pasamos por diversos lugares con casas y hórreos en donde la piedra es el elemento dominante. 

Y para cerrar el círculo regresamos a Bembibre de nuevo acompañados por los estilizados elementos arbóreos de la ruta.

Que resultó toda una boscosa y refrescante sorpresa. 

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1 comentario:

  1. Muy buena ruta y la cascada espectacular, mi única queja que durante dos horas de marcha estuve oyendo el rugir de no sé que aparatos por el monte (sierras, sopladoras, taladradoras, cortadoras, etc). En Galicia no hay sitio al que vayas que no haya una impresionante contaminación acústica, entre eso y el ladrido incesante de perros hace que estar en casa con las ventanas cerradas y el aire acondicionado puesto sea una bendición. Alguien tiene que poner freno a tanto ruido.

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