Hoy traemos hasta el Blog Grupo de Andainas Rías Baixas una caminata fresquita para conocer la llamada “Ruta Dos Muiños de Couso”.
Promovida por La
Comunidad de Montes de Couso, Gondomar, tiene su inicio al pie de La Iglesia de
San Cristovo con espadaña adornada con pináculos.
En sus inmediaciones encontraréis El Calvario
de San Cristovo y alguna otra cruz solitaria.
Inicialmente vamos al encuentro del Río Dos
Peitieiros o Matalagartos y lo encontramos manso y apenas cantarín vigilado por
la silenciosa silueta del Molino do Porto.
Nuestros pies nos sumergen por momentos en una senda llena de vegetación exuberante en donde destacan los helechos gigantes.
No faltan los árboles propios
de ribera engalanados sus recios troncos con verdes y trepadoras hiedras.
Rústicos postillones nos
invitan a pasar a la otra orilla.
No nos dejamos tentar, continuamos la marcha, y
en seguida nos encontramos con una presa en un rincón con verdadero
encanto.
Con el agua deslizándose en
un pequeño salto sobre redondeadas rocas cubiertas de verde musgo.
De igual belleza es el
espectáculo que encontramos poco más adelante con el río transformado en una
piscina natural en donde refrescarse en las horas más calurosas.
Ruinosos molinos son
testigos de nuestro caminar que serpea por estrechas veredas, igual que lo
hacen las ahora inquietas aguas del Matalagartos.
Que abandonamos para encontrar
espacios más abiertos con robles, pinos y otras especies arbóreas.
Y será ahora El Río Couso
nuestro compañero de viaje el que nos ofrece sus rítmicas palpitaciones de
calma y de sosiego.
El cuadro pintado por sus
aguas formando pozas y pequeñas cascadas y represas llenan el alma de los
senderistas.
A los que pequeñas
fuentes ofrecen su preciado líquido elemento.
Pasamos sobre evocadores pontillones
de piedra.
Y seguras pasarelas de
madera que nos sumergen en un escenario de cuento.
En donde la magia del
lugar hará que en cualquier momento los trasnos, duendes y hadas salgan de sus
escondrijos.
Para disfrutar plenamente
del embrujo allí sentido, sobre todo en la llamada “Poza do Cabalo”, un
verdadero festín para los sentidos.
No pueden faltar los
molinos con mombres como "Candal de Abaixo” “Candal de
Arriba”, “Do Ferreiro”, “Do Cabo”, “Do Casal” y “De Rañada”.
A los que el agua llegaba por diversos medios ahora ya en
desuso pero siempre atractivos a nuestros ojos.
En una ruta llena de emociones para el caminante que a veces
se ve obligado a sortear algún que otro obstáculo en el sendero pero que no
resta un ápice de belleza.
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