El Río Froufe, afluente
del Río Lima, es uno de los protagonistas de la ruta que traemos hasta El Blog
Grupo de Andainas Rías Baixas.
Comenzamos en la
localidad del mismo nombre, Froufe, perteneciente a Paredes de Coura, Portugal. Callejeamos entre sus pequeñas casas de piedra e iniciamos una subida gradual que nos permite contemplar las montañas y
las aguas del Lima en la lejanía.
El caminar es relajado y
se respira el olor de los pinos en el ambiente.
El verde vegetal se ve
ligeramente manchado por el azul del cielo y el gris de las piedras.
A los que se juntan de
vez en cuando ocres y marrones.
Al poco la aldea de
Lourido aparece ante el caminante.
La cruzamos y es después
cuando dejamos que nuestros pies se deslicen sobre estas mullidas alfombras.
Las agitadas aguas del
Froufe nos ofrecen una sonora bienvenida.
Testigo de todo ello un
solitario molino semiescondido en una de sus orillas.
El discurrir de las aguas
será un compañero más en un tranquilo viaje.
Con los árboles en las
riberas ahora ya desprovistos de sus hojas.
Estos pasos en el río nos
hablan de épocas pasadas en donde se agudizaba el ingenio para lidiar con el líquido
elemento.
Hay veces en que nuestros
pasos pisan suelo empedrado cercado por muros que parecen salidos de un mundo
de cuento.
Y que nos llevan a
lugares habitados por duendes y hadas.
El caminante hace incluso una
pausa esperando verlos salir por esas puertas encantadas.
Pero ellos, tímidos y recatados, deciden seguir
ocultos y mantener el misterio.
El senderista, resignado, se aleja
poco a poco sin poder evitar echar la vista atrás deseando atisbarlos aunque
sea de lejos.
El silencio es casi
total. Sólo se escucha el susurro de las hojas rozando nuestras suelas
gastadas.
Y el sendero nos lleva
serpeando entre piedras mullidas de musgo, hojarasca y ramas.
Esos elementos unidos a
la presencia y sonido del río, que baja cantarín, son suficientes para alegrar
la vista y el espíritu.
Como así se refleja en la
sonrisa de los caminantes.
Ya de nuevo en Froufe
conocemos las pozas que el río forma al pasar bajo su puente.
Visitamos La Capilla de
Santa Bárbara.
Y regresamos al punto de
inicio con la alegría y el regocijo de un día inolvidable.
Ese sitio e moi bonito, ¡Que valente es profe!
ResponderEliminarFrancamente bonito! Faise o que se pode! Ha, ha, ha,...
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