Desde
La Sierra da Groba y en innumerables puntos de su accidentada orografía se nos ofrecen
a la vista algunas de las maravillas de nuestra Galicia.
Para llegar
hasta allí los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas iniciamos una
caminata al ladito mismo del Océano Atlántico, casi tocándolo y muy cerca de
Baiona.
Y no
podemos tener mejor comienzo. La desembocadura del Río Da Fraga también llamado
Regato dos Tres Regueiros que nos deja varios rincones con encanto.
Y que
nos lleva a conocer La Senda Fluvial do Río Da Fraga o Molinos de Baredo.
Que,
como su nombre indica, nos ofrece la posibilidad de conocer una serie de molinos
en el cauce del río, en diferente estado de conservación.
En este
primer tramo de nuestra ruta caminamos sobre una pasarela de madera y bajo la
sombra de arboleda propia de ribera.
Rematando
con una bonita estampa de antiguo lavadero y fuente de piedra.
Y allá
que nos vamos, siempre ascendiendo, en busca de nuevo del Río da Fraga. Es verano,
ha llovido muy poco y cuando nos lo tropezamos es un insignificante hilillo de
agua que se desliza debajo de este desvencijado puente de madera.
Cercano
a un, ahora solitario merendero, que seguro tuvo días mejores con gente
bulliciosa y con ganas de pasarlo bien.
El
ánimo de los caminantes no decae, ya que a pesar de ser un día gris, podemos
ir atisbando la belleza del lejano mar.
¡Si,
sí, ahí está emergiendo entre la bruma que lo cubría!
¡Precioso
momento también el encuentro con los caballos semisalvajes que por aquí pacen!
Por
cierto, que en este punto, cerca del vértice geodésico en donde conectamos con
El Sendeiro das Greas, hizo su aparición una neblina que subía del Atlántico,
que pensamos nos iba a impedir disfrutar de él.
¿La
veis como gatea por la colina?
A ras
de suelo, las flores silvestres nos mostraban su variado colorido.
En un tramo
de sendero precioso y fácil de caminar.
Desde
el cual se nos ofrece sin impedimentos la grandiosidad salada del océano.
Gigantes
descansando en sus aposentos de piedra vigilan el paso del que por allí se
acerca.
Que
sólo puede admirar tranquilamente y dejarse llevar.
Imborrable
también el escenario en donde se encuentra esta antigua caseta de vigilancia.
Así
como las vistas que desde ella se pueden apreciar, cuando el día es propicio
para ello.
En esta
parte de la ruta, en plena Sierra da Groba, son muchos los lugares desde donde
oteamos la figura característica del Faro de Cabo Silleiro.
Al que
nos acercaremos algo más adelante, para contemplarlo in situ.
En
nuestra caminata también recorremos unos km del Camino Portugués a Santiago
señalizado con las conocidas flechas amarillas. Es un tramo empedrado y sobre él
se pueden ver las huellas de los carros que antiguamente transitaban por aquí.
Este
paseo goza de muy buenas vistas y otro momento fantástico es aquel en donde nos
encontramos de nuevo con El Atlántico divisando Baiona, Monteferro...
También
visitamos las ahora abandonadas instalaciones militares de la costa.
En sus
inmediaciones, el mar nos mostraba un azul intenso.
Nos aproximamos
a las baterías costeras recortándose entre mar y montaña.
Y el
disfrute es total. Con la inconfundible silueta de Las Islas Cíes acompañándonos.
La
figura rojiblanca del Faro de Cabo Silleiro.
La
impenetrable y salada inmensidad…
Y más,…
Mucho más…
¡Tanto
que sólo caminando por allí es posible sentir y vivir lo mismo que nosotros ese
día!
CLICAR AQUÍ Y VER LA RUTA EN WIKILOCCLICAR AQUÍ Y VER TODAS LAS FOTOS DE LA CAMINATA
No hay comentarios:
Publicar un comentario