Hay rincones de nuestra
Galicia que, por su belleza, tocan el corazón y llenan el alma de todos los que por allí se acercan.
Los senderistas del Blog
Grupo de Andainas Rías Baixas acabamos de llegar de uno de ellos, el lugar por
donde discurren los ríos Vilacoba y San Xusto.
En el primer tramo de la
ruta partimos del área recreativa de Brandia, en Lousame, y continuamos siempre
pegados al cauce del río Vilacoba, que se nos mostraba inquieto y juguetón.
Y ésa va a ser la tónica
de sus aguas durante el trayecto, corriendo desenfrenadas y
jugando con las rocas de su lecho.
Y formando muy
frecuentemente preciosos rápidos, bravos y llenos de prisa, que fascinan al
caminante.
El senderista se ve
sorprendido por la aparición, en una y otra orilla, de innumerables figuras de
molinos, allí impasibles, cubiertas sus paredes con la inefable musgosa huella
del tiempo.
El caminante encontrará
también muestras de la antigua actividad de la zona con la presencia de las
majestuosas ruinas de varias papeleras, ahora abandonadas.
El sendero es ameno y
variado, serpeando con la cuenca del Vilacoba y siempre lleno de emociones.
Pisaremos suelo musgoso y rocoso, y también caminaremos por alguna
levada, todavía con la sonora alfombra de hojarasca extendida a nuestro paso.
Veces habrá que nos
creeremos en un lugar encantado en donde el tiempo se ha detenido.
Y viviremos momentos
realmente mágicos y llenos de misterio.
Pasada la aldea de
Lesende nuestra compañera de viaje es ahora la orilla derecha del río cuyas
aguas se muestran todavía más salvajes que antes.
En su lecho granítico va formando diversas
pozas que en verano son muy frecuentadas y que ahora, con el sonido del agua
golpeando y el colorido del entorno, proporcionan un momento único al caminante.
No faltan los silenciosos
molinos aportando el arquitectónico momento, junto con el fantástico puente
medieval de A Gateira.
La senda es sinuosa y se
camina a veces directamente sobre las piedras de la orilla y otras veces sobre
pasarelas colocadas para tal efecto.
Llegados al Puente de
Vilacoba, iniciamos un ligero ascenso hacia El Monte Culou.
La subida está amenizada
por las vistas que podemos divisar del valle y La Ría de Muros y Noia allá en la
lontananza.
Ya descendiendo nos vamos
acercando al paraje en donde se encuentra La Iglesia de Toxosoutos.
Y, de verdad, que os
recomiendo una visita pues, allí, encontraréis varios tesoros naturales como son
las cascadas que allí forma el río San Xusto. La primera se muestra tal que así.
Y continúa deslizándose ladera
abajo hasta formar la segunda mucho más estruendosa, ruidosa y espectacular.
Entorno a ellas diversos
molinos, pasarelas de madera y fuentes como ésta para saciar la sed del
caminante.
Pero no podemos pararnos aquí, nuestra caminata continúa y seguiremos ahora las andanzas del río San Xusto, a
veces escuchándolo algo lejano, y otras, teniendo contacto directo con él como
sucede cerca de Boña con otra preciosa y cantarina cascada.
Por ésto que os contamos
y por mucho más que descubriréis por vuestra cuenta, no lo dudéis y acercaos a
sentir un amplio abanico de emociones.
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