Este primer domingo de
septiembre, a pesar de la mañana plomiza, gris y lluviosa que se avecinaba en
el horizonte, los senderistas del Blog Grupo de Andainas Rías Baixas dimos
comienzo a la temporada de caminatas.
Esta vez nos aventuramos
por tierras de Pazos de Borbén. Y, teniendo como punto de inicio y final La Iglesia
de Santa María, partimos a realizar una bonita ruta circular de 14 km que nos llevaría a
conocer algunos de los puntos emblemáticos de este municipio.
Así, por un sendero que
nos llevaba entre el amarillo y verde de los tojos, el olor de las agujas de
los pinos y divisando el deshilachado vestido blanco de las nubes deshaciéndose
en las lejanas montañas, llegamos a un paraje que deseábamos conocer.
Y eso porque allí se
encuentra un conjunto de grabados rupestres conocidos como “A Pedra das
Teixiñas”. Son varias piedras, testigos mudos de tiempos antiguos y cuyos
motivos predominantes son curiosas combinaciones circulares delimitando agrupaciones
de pequeños agujeros.
De allí, la senda nos
acercó hasta el llamado Mirador del Santo Aparecido, en donde se supone que, en días
claros, tenemos una bonita vista sobre el valle del Río Negro antes de verter
sus aguas al Tea. Nosotros no pudimos contemplarla porque en ese momento la nieblina
invadió el paisaje, y la furia en forma de agua empezó a caer a mares sobre
nosotros impidiéndonos hacer otra cosa que no fuese arrebujarnos en las capas y guarecernos bajo nuestros
paraguas.
Menos mal que el cielo se
fue apaciguando y pudimos continuar disfrutando del paseo y de lo bueno que la
naturaleza tiene por aquellos pagos.
Otro momento interesante
es, ya pasado el lugar de Sequeiros, cuando nos acercamos a las márgenes del río
Borbén.
Allí, entre viñedos que formaban arcos de finca a finca, pequeños
pontones sobre el río, caminos empedrados, helechos, hiedras, la trasparencia
del agua, la mullida alfombra de la hojarasca a nuestros pies, la verde pátina
del musgo cubriendo los muros, nos hacían pensar que estábamos atravesando un
lugar encantado y perdido en el tiempo.
Y esa misma
sensación nos invade cuando, llegados a las inmediaciones de La Iglesia de Santiago y La Rectoral de Cuartos de Borbén, enlazamos
con la llamada Levada de Casqueiros.
Es un paraje que vivamente
recomiendo a quien todavía no lo conozca. Es una auténtica maravilla poder adentrarse
en La Fraga do Pozo Negro. En muy poco espacio encontramos molinos, ruínas y
otros elementos que nos hablan de épocas remotas.
Todo ello en un entorno
realmente privilegiado con robles, castaños, sauces, y demás variedades arbóreas
propias de ribera. Y con la presencia constante del agua en forma de presas,
fuentes, regatos que corren ladera abajo por las levadas construídas al efecto. ¡No os lo podéis perder!
Ayer Martes se batió el record de visitas en el blog: 266 en un solo día.
ResponderEliminar¡Parece que después del parón veraniego había ganas de comenzar las andainas virtuales!
¡Muchas gracias a todos por estar ahí!
Mary Carmen