Así, en una mañana de domingo que invitaba a
caminar, pues ni lucía fuerte el sol en las alturas ni la lluvia anunciada para
ese día hizo su aparición durante la caminata, llegamos al lugar de Astariz y, tras dejar los coches en el exterior de
la escuela, cruzamos la carretera y tomamos un desvío a la izquierda con el nombre
Puxeiros.
Y allá que nos fuimos a realizar una ruta a través de viñedos en algunos
de los cuales se encontraba la gente en plena faena de la vendimia, pues no
podemos olvidar que nos encontramos en la tierra del rico vino del ribeiro...
Otras
veces nos veíamos rodeados de magníficos ejemplares de alcornoques, pinos,
robles, castaños e incluso madroños que amablemente nos ofrecían sus rojizos y
riquísimos frutos maduros.
También cerca de los lugares poblados encontramos la
fruta propia del otoño como manzanas e higos.
El sendero en sí es exigente para el caminante,
casi podíamos decir una auténtica prueba rompepiernas con constantes subidas y
bajadas.
Además, como nota negativa, he de añadir que en gran parte del
recorrido nuestros pies caminan sobre pistas asfaltadas o de cemento.
Sin
embargo no por ello os desanimamos, muy al contrario, todo tiene su encanto, decidíos a realizarla.
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