sábado, 9 de noviembre de 2024

De Foncebadón Hasta Ponferrada, Camino Francés A Santiago

Esta es la crónica de nuestra XXIV Etapa del Camino Francés a Santiago que nos llevará desde Foncebadón hasta Ponferrada.

Tras una subida inicial nos hallamos delante de la conocida como Cruz de Ferro en donde depositamos las piedras que, según la tradición, cada peregrino debe llevar desde su tierra natal.

A su lado se erige una Ermita consagrada a Santiago Apóstol.

Continua su camino el peregrino por una pista paralela a la LE-142 que nos deja bonitos momentos entre la vegetación circundante y las montañas altaneras.

Una simple cruz nos señala que entramos en Manjarín actualmente deshabitado y en ruinas sus viviendas.

Algo más adelante nos adentramos en una senda con frondoso arbolado cercano a una fuente.

Para a continuación encontrarnos con matorral bajo, brezo, todavía con la alegría de su colorido y el telón del cielo y las montañas en el horizonte.

Una sonrisa asoma en la faz del caminante al otear las primeras casas de El Acebo, con escalera exterior y tejado de pizarra. Aquí dejamos atrás La Maragatería para entrar en tierras de El Bierzo

Vamos descendiendo paulatinamente. El suelo que pisamos es pedregoso con pedruscos sueltos y deslizantes y hay que caminar con cuidado para evitar posibles caídas.

Conocemos pequeñas localidades como Riego de Ambrós con sus pintorescas casas y su Ermita de San Sebastián.

 El peregrino se regocija cuando surge ante él El Santuario de Las Angustias antesala de Molinaseca.

Por allí se desliza El Río Meruelo y, después de tan árdua bajada, nos tomamos un tiempo para relajarnos contemplando cómo La Iglesia de San Nicolás se refleja en sus aguas.

Cruzamos a la otra orilla sobre los 7 arcos del Puente de Los Peregrinos de Planta Románica.

Y nos adentramos por Molinaseca  alegrando la vista y el espíritu con su bonita arquitectura y las flores de los balcones. 

 Nos llamó la atención el crucero casi al final de La Calle Real.

Así como El Monumento al Peregrino unos metros más adelante.

Bajo El Puente Boeza, del S. XVI, volvemos a encontrar el líquido elemento esta vez formando El Río Boeza

Y henos aquí que nos vemos entrando en Ponferrada. Allí nos recibe La Iglesia de San Andrés del S. XVII y Estilo Barroco.

Vigilada muy de cerca por El Lambrión Chupacandiles, nazareno que, desde hace más de 4 siglos, vestido de negro y acompañado de su campana, anuncia la celebración de La Semana Santa.

Todo ello al pie del famoso Castillo de Los Templarios. Una de las mayores fortalezas del noroeste de España en La Edad Media y obra militar muy compleja, perteneciente a varias épocas, que no dudamos en visitar.

Nos acercamos también hasta La Basílica de La Virgen de La Encina del S. XII, aunque muy remodelada. Es uno de los lugares de peregrinación más populares de la comarca gracias a La Virgen de la Encina, Patrona de El Bierzo.

Cuenta la leyenda que Los Templarios encontraron la imagen de La Virgen dentro del tronco de una encina, de ahí su nombre, donde la habían escondido siglos antes para salvarla de las razias musulmanas.  

Nos gustó también La Torre del Reloj ubicada sobre El Arco de Las Eras, una de las puertas de La Muralla Medieval y cercana a La Antigua Cárcel de La Villa, hoy, Museo del Bierzo.

No pasamos por alto La Plaza del Ayuntamiento con El Edificio de La Casa Consistorial de principios del S. XVIII y que presenta una estructura central flanqueada por dos torres, que rematan en una esbelta aguja al Estilo Austria. Todo ello bajo la sonrisa sempiterna del Barquillero.  


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