En esta Etapa del Camino Francés a Santiago caminamos desde Belorado hasta San Juan de Ortega.
Comenzamos muy de mañana echándole un último vistazo a Belorado con sus soportales, sus plazas…
Y las Iglesias de Santa María, del S. XVI de Estilo Neogótico y Renacentista
y de San Andrés
del S. XIII con origen medieval, de las que ya os hemos hablado en la etapa
anterior.
Algo en lo que
hemos reparado más en esta ocasión es en los diferentes murales que están repartidos
por toda la localidad, y que también merecen nuestra atención.
En un plis plas
llegamos al enclave en donde El Río Tirón se desliza bajo las piedras del Puente
del Canto asentado
sobre antiguas pilastras de un puente medieval y que, según se cree, puso ser
reconstruido por Santo Domingo ayudado por San Juan de Ortega en tiempos de
Alfonso VI.
Continúa
el peregrino su periplo con campos de decadentes girasoles, carteles y señales
varias y alguna que otra fuente como testigos.
Lanzando
la vista hacia el horizonte algo llama nuestra atención: es la fachada de La Ermita
de la Virgen de la Peña excavada. Destaca su hermoso arco del Renacimiento y
una espadaña con huecos para dos campanas.
Estamos ya en Villambistia en cuya zona alta se encuentra La Iglesia de San Esteban, del S. XVII.
También visitamos La Ermita de San Roque, del S. XVIII con su fantástico retablo rococó.
En sus
inmediaciones se sitúa La Fuente
del Remojón de cuatro caños, un lavadero y un Domo Geodésico.
Caminando
oteamos a lo lejos la majestuosa Iglesia de La Asunción Románica y Renacentista.
Y es que nos
topamos ya en Espinosa del Camino que nos recibe con una refrescante fuente y
casas de paredes coloridas.
Saliendo del pueblo nos esperan las ruinas del Monasterio de San Felices de época Pre-románica.
Y un arbolado bosque por donde discurren las refrescantes y cristalinas aguas del Río Oca, afluente del Ebro.
Y henos ya en Villafranca Montes de Oca con su Iglesia de Santiago Apóstol, del S. XVIII donde destacan su robusta torre y su Portada Neoclásica. A partir de aquí el peregrino se enfrenta a una exigente subida paliada por la presencia de la vegetación circundante y la sonoridad líquida de La Fuente de Mojapán.
Y es que caminamos sobre El Alto de La Pedraja. En un remanso, un monolito con versos de Miguel Hernández sirve de recuerdo y homenaje a los fusilados en La Guerra Civil Española.
Para llegar con el alma sosegada a San Juan De Ortega con su templo esencialmente románico. No dudéis en visitar su interior ricamente adornado. Admiraréis sus capiteles, los retablos, la cripta, el baldaquino y muchos otros detalles que os dejarán gratamente sorprendidos.
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