Hoy toca
visitar la ciudad de Salamanca en Castilla y León.
Comenzamos
en El Paseo del Rector Esperabé. Desde ella podemos atisbar los acristalados
ventanales de La Casa Lis, Museo Art Nouveau y Art Déco. También La Cruz de
Los Ajusticiados y El Puente Romano,
algo más alejado.
Vamos
ascendiendo ligeramente por La Calle Tentenecio encontrándonos con El Centro
Documental de Memoria Histórica. Desde las alturas nos vigilan las torres medievales
de La Catedral Vieja de Salamanca.
Iniciada en
el año 1.140 es de Estilo Románico casi en su totalidad con bóvedas de
transición al Gótico. Nos llamó la atención El Cimborrio por su decoración a
base de escamas.
Tiene
planta de cruz latina, con tres naves, crucero y tres ábsides semicirculares.
En su interior destaca El Retablo de La Capilla Mayor que muestra episodios de
la vida de La Virgen y sobre él una representación del Juicio Final.
Pegadita a
ella encontramos La Fachada Principal de La Catedral Nueva construida entre los
S. XVI y XVIII mezclando los estilos Gótico tardío, Renacentista y Barroco. Impresiona
su abundante decoración, entre la que destacan los relieves que representan
escenas del Nacimiento y Epifanía bajo un espectacular Calvario.
Continuamos la visita y
pasamos delante de La Casa Museo de Miguel de Unamuno, casona dieciochesca en donde
el escritor residía en su época de
Rector de la Universidad de Salamanca.
A unos
pasos nos topamos con La Fachada Plateresca de La Universidad de Salamanca del
S. XVI. Impresiona su minuciosa decoración, en donde escudos, sillares,
frontones, y más se repiten por doquier.
Intentad
buscar las 3 calaveras en una de sus pilastras. Observando atentamente, en una
de ellas veréis posada una rana…Cuenta la leyenda que los estudiantes, tenían
que ver la rana para aprobar. Quien no la viera no conseguiría doctorarse.
No pasamos
por alto El Monumento a Fray Luís de León junto al edificio del Rectorado en El
Patio de Escuelas.
Continúa
el viajero su paseo por La Calle Libreros y entre los escudos de las casas de
piedra en las alturas se va perfilando la silueta de La Clerecía de Salamanca.
Uno de los
edificios más bellos y espectaculares de la arquitectura barroca que
actualmente alberga La Universidad Pontificia de Salamanca.
Frente a
ella se encuentra La Casa de Las Conchas mansión
señorial del S. XV que combina los estilos Gótico tardío, Mudéjar y Renacentista.
Debe su nombre a las más de 300 conchas de su fachada dispuestas siguiendo una
composición romboidal propia del estilo mudéjar.
No dudéis
en entrar a su interior. Id a su patio, que cuenta con un pozo en la parte
central, y en el que se mezclan con gran armonía las columnas mixtilíneas
típicas de Salamanca, la decoración mudéjar y las gárgolas. Además obtendréis
una vista privilegiada de Las Torres de la Clerecía.
Seguimos
callejeando encontrándonos con La Iglesia de San Martín del S. XII con dos
fachadas y destacado exponente de la
arquitectura religiosa románica salmantina.
Conocemos
edificios asoportalados que nos van llevando hacia otro de los lugares icónicos
de Salamanca en cuyos muros nos emociona un cariñoso recuerdo a Cervantes.
Se trata, como ya os habréis percatado de La
Plaza Mayor de Salamanca construida
en el S. XVIII en Estilo Barroco. En ella se
encuentra El Ayuntamiento, también barroco, con cinco arcos de granito y una
espadaña entre cuatro figuras alegóricas.
Seguidamente
avanzamos por La Calle Prior para deleitarnos con la visión del Palacio de
Monterrey en la plaza del mismo nombre. Construído
en 1539 Declarado Monumento
Nacional en 1929 es uno de
los máximos exponentes del Plateresco Español.
En su
exterior destacan la galería de arcos, las torres y las artísticas chimeneas. Así
como su elegante decoración plateresca de escudos, medallones y grutescos,
culminado todo ello por una crestería calada, de gran belleza e impacto visual.
Muy cerca
podéis encontrar La Casa Del Regidor del S. XVIII. En su fachada una placa explica que en ella vivió y
murió Unamuno a quien saludamos allí en su jardín.
No paséis
por alto La Casa de las Muertes construida en el S. XVI en de estilo
plateresco. El nombre le viene dado por las calaveras situadas en las
pilastras de las ventanas superiores.
Todavía
visitamos unas cuantas iglesias más entre ellas La De Santa María de Los Caballeros,
La Iglesia de La Purísima y La De San Benito.
Para regresar
de nuevo a seguir admirando la maravilla de La Catedral Nueva. Esta vez se
trata de La Puerta de Ramos que despliega un interesante conjunto iconográfico en el que destaca La Entrada
de Jesús en Jerusalén y Los Evangelistas que jalonan la puerta.
En su interior
os sorprenderá su magnitud, la esbeltez
de sus columnas, que sostienen su bóveda gótica, la luminosidad y el equilibrio
entre las diferentes influencias arquitectónicas que hay en ella, el órgano, el
coro,… En fin… tantas y tantas cosas,…
Y, volviendo al
exterior, tendréis que aguzar la vista y buscar algunos de los elementos
modernos añadidos en la última restauración, escondidos entre las figuras de la
ornamentación y que ya son mundialmente conocidos. Entre ellos: El astronauta,
el mono comiendo un helado, la liebre, el zorro, la cigala, el toro,… Que junto con
todo lo ya comentado hacen que no nos cansemos de mirar y remirar semejante
obra de arte.
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